La viuda de Hugh Hefner hace inesperadas declaraciones de su vida con él
Tras el fallecimiento en septiembre del año pasado del legendario fundador de la revista Playboy Hugh Hefner , su viuda -una rubia treintañera con quien se había casado en 2012- se retiró por completo de la vida pública que ya había dejado en gran parte aparcada durante el declive de salud de su nonagenario marido para centrarse en cuidarlo.
Desde entonces Crystal Hefner -o Harris, su apellido de soltera- se ha dedicado a viajar y a adentrarse en el mercado inmobiliario, dando uso a la licencia de agente inmobiliario que obtuvo cuando era una adolescente para comprar propiedades que renueva y más tarde alquila, pero esta semana ha concedido una rara entrevista a 'Access Hollywood' en la que ha hablado de sus planes de futuro y de su matrimonio, sobre el que siempre planeó una sombra de duda debido a la diferencia de edad que existía entre ellos.
"Los lunes era la noche de chicos. Se juntaban y elegían entre todos una película, pero durante los fines de semana nos gustaba ver clásicos del cine, y los domingos veíamos algo que estuviera en cartelera", ha explicado Crystal en una entrevista en la que luce una imagen muy diferente a la que proyectaba durante su etapa como Playmate y pinta además una vida casera increíblemente plácida sin las orgías salvajes que muchos imaginarían.
"En ese momento de su vida eso ya no era tan importante para él. Le gustaba ver películas y jugar al backgammon. Es cierto que en esa casa se habían divertido mucho. Habían organizado fiestas increíbles con todo tipo de gente: hacían fiestas con monopatines y una vez organizaron unas miniolimpiadas", ha apuntado al mismo tiempo que daba a entender que cuando ella se mudó ese ya era un capítulo cerrado en la historia de la mansión y que, de cualquier forma, ella solía estar ya en la cama para cuando el resto de invitados se retiraban a la gruta del amor.
Crystal conoció al magnate después de mandar una aplicación para acudir a una de las fiestas Playboy en la que ambos conectaron gracias en parte a su formación y sus estudios de psicología. Una vez concluido ese fin de semana, Hefner se puso en contacto con ella por teléfono para invitarla a trasladarse a su mansión "y el resto es historia", como recuerda ella.
A lo largo de la conversación ella no ha evitado responder a ninguna pregunta delicada, ni siquiera acerca de los motivos que pudieron llevar a un hombre de 86 años a proponerle matrimonio, que ni ella misma se explica pero que atribuye a la sensación de estabilidad que le proporcionaba al empresario, a quien a día de hoy aún recuerda como "un chico de corazón cuyos sueños se habían hecho realidad más allá de que él hubiera podido esperar".
"Los primeros tres meses sin él fueron muy, muy duros", ha afirmado acerca de su estatus de viuda, "y a partir de entonces me dije que tenía que salir ahí fuera y empezar a hacer algo, viajar o lo que fuera. He estado por todo el mundo intentando encontrarme a mí misma. Durante diez años formé parte del mundo de Hef, en la mansión casi todo el tiempo, y ahora estoy tratando de descubrir qué me gusta hacer".