"Para mí, el cáncer ha sido un maestro": Rebecca Jones
La actriz Rebecca Jones a firma que no se va a rendir ante el cáncer de ovario que padeció, pues a pesar de que durante los recientes meses ha pasado por momentos difíciles, considera que esta enfermedad ha representado un gran aprendizaje, que le permite ver la vida de otro modo.
“Como lo dice mucha gente, el cáncer es un maestro, lo que me enseña a mí es a detenerme para ayudarme a ver la vida, analizar la vorágine que nos atrapa y que provoca que nos olvidemos que somos almas, que no tenemos nada más”, dijo.
Durante los últimos seis meses de este año, la actriz mexicana ha estado “encerrada, realmente dedicándome a mi bienestar y a mi recuperación”, informó a los medios de comunicación.
Piensa que es un momento difícil de hablar con profundidad de este padecimiento, pero está consciente de que las personas que atraviesan por un momento así, deben tomar la parte positiva de la vida, porque cuando vienen las malas “no nos podemos rendir, ni echar para atrás”.
Sin duda, lo más doloroso de tener cáncer, son los dolores que provoca la quimioterapia, además confesó que en algún momento pensó en ya no seguir luchando.
Esto, ya que después de la cuarta quimioterapia, cuando ya la habían operado y le habían dicho que el cáncer había desaparecido pensaba “¿por qué seguir con este infierno?”.
Puntualizó en que los doctores tienen razón de que hay algunos tipo de cáncer que son “muy tercos” y que regresan, por eso aclara que cualquier persona tiene la posibilidad de tener cáncer en algún momento, pues “todos tenemos un porcentaje de células cancerosas”.
“A mí la vida me puso en mi lugar en un momento dado, me dijo: tú creías que ibas para allá, pues te regresas y vas para atrás, pero no hay que verlo por una cosa mala, como un castigo, sino como un aprendizaje”, señaló.
Su mayor motivación en este momento es ella misma y ha encontrado apoyo en su familia, así como en sus amigos, por ejemplo, el actor Alejandro Camacho, a quien describe como un compañero y pilar de su vida.
Ahora ve la vida de manera “increíble”, pues le ha cambiado bastante, de manera positiva “no puedo creer cómo una cosa tan mala, te puede sacar muchas cosas buenas”.
Asimismo, compartió que en algún momento pensó en callar su enfermedad, no le quería decir a nadie, porque no quería provocar problemas, ni molestar, pero comprendió que es algo que no se puede hacer, ya que necesitaba tener ayuda.
“Las mujeres que yo conozco, somos muy fuertes y muy independientes, de pronto hay que apoyarnos sin soltar la mano de los amigos”.
Aunque no se quiere volver una vocera del cáncer, no descarta la posibilidad de escribir un libro con sus experiencias; lo que sí es que le gustaría trabajar con instituciones para que la nutrición sea parte intrínseca de la medicina, pues afirma que no lo es.
Platicó que la han atendido bien, cayó en las mejores manos finalmente, porque al principio se habían equivocado con el diagnóstico , ya que este tipo de cáncer se puede confundir fácilmente con colitis y durante tres meses tomó medicinas para esto.
Subraya que el cáncer ahora no es sinónimo de muerte , algo a lo que no le tiene miedo, pero que ha llegado a pensar “en ese momento también sentí mucha paz, entonces dije: si me tiene que dejar Dios, pues ya viví rico y bastante”.
La meta que tiene hoy en día es vivir el presente; no demandará a las personas que se equivocaron con los diagnósticos, los perdona porque “todos somos humanos y podemos equivocarnos”, así que su energía estará enfocada en cosas buenas, sin dañar a nadie.
Cuando le platicó a su familia que tenía cáncer, fue un shock tremendo, su hijo y sus hermanos estuvieron con ella, dándole la mano todo el tiempo.