Adriana Louvier busca una vida más equilibrada y convertirse en madre

“No quieres hacer lo mismo a los 20 que a los 37 años”, comienza diciendo la actriz quien ahora desea tomarse las cosas con más tranquilidad.

“Sí, creo que con los años vas aprendiendo a detenerte un poco y saber elegir. De pronto, cuando comencé la carrera de actuación, yo iba demasiado rápido… pienso que fue la edad, sentía que si algo no salía bien, se me caía el mundo, además quería estar en 60 proyectos a la vez, sin embargo, TODO tiene su tiempo”.

Y es verdad, Louvier, quien está por estrenar la película de Recuperando a mi ex, no ha descansado desde que salió de estudiar del Cefat (Centro de Formación Actoral de Tv Azteca), pues a pesar de que sus proyectos en televisión se detuvieron de 2006 a 2011, durante ese lapso estuvo haciendo cortometrajes y películas como La bala mordida al lado de Damián Alcázar y Miguel Rodarte, un gran proyecto, asegura la actriz, pues este filme era una fuerte crítica social a la policía y a los medios de comunicación. Además, realizó Espacio interior junto con Kuno Becker y Ana Sedarrilla, y en teatro participó en la obra Fresas en invierno.

En 2012, se fue a Televisa y una de las personas que más la apoyó fue la productora Giselle González, con quien realizó la exitosa telenovela Caer en tentación y, aunque ahora la televisora está definiendo las próximas producciones, Adriana no descarta estar dentro del elenco de la siguiente telenovela de la productora.

Sus proyectos en puerta son una serie de televisión llamada Realidad Aumentada con Jorge Aragón y, por supuesto, la película Recuperando a mi ex, que se estrena el 28 de septiembre.

“Nunca me he detenido. Llevo muchos años sin parar. Llevo combinando la televisión con el cine y el teatro. Terminé de hacer la serie Sin Rastro y después paré hace un año cuando me casé, pues necesitaba tiempo para mí, para mi pareja y los preparativos de la boda”, asegura Adriana, quien pronto desea tener un hijo.

Carlos Agusto Salas, quien es ahora su esposo, es de origen brasileño y llegó a México hace una década. Es modelo y entrenador físico y a pesar de que Adriana tiene 37 años,”Guto”, como le dicen sus amigos, tiene 32.

Hace casi diez años conoció a la actriz por un amigo en común y ahí se dio el flechazo y comenzaron una relación, sin embargo, no fue hasta diciembre 2016 cuando se casaron en un íntimo jardín de Tepoztlán, en el estado de Morelos.

Por eso es que ahora Louvier busca un equilibrio en lo personal y en lo profesional, y estar lo mejor posible en los dos ámbitos: “Trato de estar muy bien con mi familia, con mi pareja que es mi motor, y mis amigos. Además, amo viajar, ya que es mi mayor placer. Pero, sobre todo, sigo enamorada de mi trabajo, soy una apasionada y me siento muy afortunada y agradecida de hacer lo que más amo. Para mí, mi carrera, sí es un estímulo muy grande, pues si de pronto no hay algo bien en otro ámbito de mi vida, esto me ayuda a seguir, a motivarme y a estar contenta. Y así es como quiero seguir…”.

Entre sus planes a corto plazo está convertirse en madre y diversificarse en otros escenarios: “Quiero tener un hijo, quiero hacer más teatro y tener una vida lo más equilibrada posible”, aseguró la actriz. “Para mí siempre ha sido difícil hacer teatro en esta ciudad por los ensayos, pues aunque afortunadamente siempre he tenido otros proyectos en cine y televisión. En México es complicado moverte a muchos lados, tener locaciones en un punto e ir a ensayos en otro”.

Su éxito se lo debe a la constancia y disciplina: “Evidentemente cada quien tiene su historia y punto de suerte en la vida, pero desde que yo estaba estudiando me quedó muy grabado que esta es una carrera de perseverancia más que de cualquier otra cosa. Por eso hay que estar apasionado por lo que uno hace, porque muchas veces haces un casting increíble y se queda otra persona, y eso ya no depende de ti. Creo firmemente que uno debe ser paciente, perseverante y, lo más importante, saber lo que uno quiere en la vida”.