Óscar Jaenada y la maravilla de encarnar el caos y la mezquindad de Luis Rey

Las series sirven de referencias culturales, políticas y sociales. Temáticas hay para todas las edades y para todos los gustos. Históricas, de ficción, románticas, policíacas, de suspenso, biográficas y hasta musicales. Y si a esta manifestación social le sumamos otro fenómeno cultural de nuestro país que es Luis Miguel, la combinación suena infalible. Sin embargo, la moneda estaba en el aire, pues el estreno de Luis Miguel, la serie, donde el artista es productor, coincidía con su regreso a los escenarios y con el lanzamiento de un nuevo disco, esto después de un terrible 2015 en donde nada parecía salirle bien a El Sol.

El furor que ha causado Luis Miguel, la serie se explica en parte por el hermetismo que el cantante siempre guardó y exigió a quienes lo rodearon. Su papá y su mamá, sus amores, casas, deudas, discos, videoclips, amigos, fiestas, fans, hermanos, mánagers, dolores, adicciones... han hecho que las redes sociales exploten domingo a domingo y que sea el tema del momento. Hasta los más reacios a la figura de Luis Miguel han tenido que ceder si es que no quieren quedarse fuera de la conversación.

Uno de los personajes que más ha dado de qué hablar es Luis Rey, el papá de Luis Miguel. Entrevistamos a Óscar Jaenada, el actor que le da vida y que ha logrado, de manera extraordinaria, que nuestro repudio sea directamente proporcional a la necesidad de seguir viéndolo.

Óscar sabe también que dar vida al padre de Luis Miguel lo volvió en el tema de sobremesa y que hasta el presidente habla de él. Pero nada de esto le importa al español más que los melones y sandías que planta en San Sebastián.

“Estoy muy tranquilo, en el campo, sólo preocupado de que también me salgan bien las alcachofas y las lechugas. ¿Sabes? Uno ya lo ve a la distancia”, explica cuando se le pregunta por su papel en la serie. “Fue un trabajo muy duro, de cinco o seis meses, ahí en México. Estuve apartado de mi familia, de mi vida y de mí. Y bueno, así es como trabajo: una vez que acabo un personaje, huyo, y fuera. Y cuando venga el siguiente, pues ya, me meteré en eso...”.

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