Kim narra cómo se sintió al convertirse en mamá por un vientre de alquiler
Ahora que por fin tiene a su tercer bebé entre sus brazos, Kim Kardashian ha querido compartir con el mundo su balance de los últimos nueve meses sin obviar algunos de los aspectos más controvertidos o delicados del proceso gracias al cual su marido Kanye West y ella han logrado cumplir su sueño de ampliar la familia: desde la relación que ella ha mantenido con la persona que se encargó de gestar a su pequeña a su experiencia a la hora de establecer un vínculo emocional con un bebé al que no había dado a luz.
"Le estoy muy agradecida a la tecnología moderna que ha conseguido que algo así fuera posible. No es para todo el mundo, pero yo adoro absolutamente a nuestra sustituta gestacional y esta ha sido la mejor experiencia que he tenido nunca. Nuestra sustituta gestacional nos ha dado el regalo más grande que alguien puede realizar", explica en un artículo publicado en su app personal, en el que opta por usar el término técnico empleado para referirse a aquellas mujeres que -como en el caso de la portadora gestacional de Kim y Kanye- no mantienen ningún vínculo biológico con los bebés que gestan. Pese a tratarse de un término más extendido, las gestantes subrogadas son en realidad aquellas mujeres que donan además sus óvulos para que sean inseminados y posteriormente llevarán a término el embarazo.
"La conexión con nuestro bebé se produjo al instante y es como si siempre hubiese estado con nosotros", añade acerca de las implicaciones psicológicas que para ella ha tenido convertirse en madre a través de esta técnica de reproducción asistida. "Estamos muy emocionados de tenerla por fin en casa".
Aunque se trata de una práctica cada vez más extendida, la gestación subrogada sigue siendo un tema que genera una profunda división de opiniones y que continúa estando prohibida en muchos países, bajo el argumento de que puede convertirse en herramienta de explotación a las mujeres de estratos sociales y culturales más desfavorecidos o de que, por sus costos económicos, se convierta en una tercera opción solo apta para las clases privilegiadas, que recurran a ella por motivos puramente frívolos.
Por su parte, Kim hace hincapié en el hecho de que en su caso concreto habría resultado un riesgo tanto para su salud como para la del bebé pasar por una tercera gestación, antes de afirmar que el que no sufriera molestias físicas -como preeclampsia o problemas de placenta que vivió durante los embarazos de sus dos hijos mayores- no implica que no resultara duro a nivel emocional.
"Contar con una sustituta gestacional es sin duda algo diferente, pero cualquier que diga o piensa que es la opción sencilla se equivoca completamente. La gente asume automáticamente que resulta más fácil porque no tienes que lidiar con los cambios a nivel físico, el dolor o las complicaciones, pero a mí me resultó muy complicado no poder gestar a mi propia hija, especialmente después de haberlo hecho con North y Saint", asegura.