Las 5 mejores (¿o peores?) bromas que han hecho los famosos
Esencialmente, para que una broma sea considerada como tal, tiene que tener gracia incluso para el que la recibe. Sin embargo, una broma pesada consigue enojar a la persona que es objeto hasta niveles insospechados y todavía más si esta se juega su reputación. ¿Cómo calificarías estas bromas hechas por celebridades?
5. La boda falsa
Cuando comenzaron los rumores de que Brad Pitt y Angelina Jolie se iban a casar en la villa en Italia de George Clooney en 2006, este decidió engañarlos de una manera épica. Clooney puso sillas, mesas y hasta un altar durante todo un día en su jardín para divertirse viendo a aquellos periodistas enviados a cubrir una boda inexistente.
4. El anuncio de laxantes
Franklin D. Roosevelt, ex presidente de Estados Unidos, tenía una voz extremadamente reconocible. No obstante, en una ocasión logró disfrazarla y llamó a varios corresponsales de la Casa Blanca para ofrecerles un empleo ficticio cantando en la radio para un anuncio de laxantes. Obviamente, varios aceptaron y Roosevelt reveló toda su broma en una rueda de prensa mientras se reía de ellos.
3. Las bromas del Guasón
Quizás Jared Leto se metiera demasiado en el personaje de el Joker durante el rodaje de Suicide Squad, pero lo cierto es que se dedicó a gastar terribles bromas prácticas al resto del reparto. Envió una carta de amor a Margot Robbie, que interpretaba a Harley Quinn, con una rata viva, preservativos usados a Will Smith y hasta un cerdo vivo con un video de él disculpándose por no poder asistir al rodaje.
2. El fin del mundo
El roomie de Aaron Paul estaba convencido de que el mundo se iba a acabar en 2012 y este decidió aprovecharse de la situación. De tal manera, el actor de Breaking Bad cavó un cráter en el jardín para llenarlo de meteoritos y hielo seco para lograr que saliera humo de este. Además, convenció a un equipo de noticias local para que sacaran en directo el video grabado en el aire.
1. Llenar la Casa Blanca de trampas
Cuando George W. Bush fue elegido presidente, el equipo demócrata de Bill Clinton pensó que sería buena idea llenar la Casa Blanca de obstáculos y bromas para entorpecer el trabajo del nuevo mandatario en el Ala Oeste. Además, el texano no era demasiado popular entre la vieja guardia, así que aprovecharon para montar quizás la mejor broma presidencial de todos los tiempos.
Los cajones de los escritorios estaban pegados con pegamento, un sello presidencial apareció sellado en gelatina, todas las teclas "W" desaparecieron de los teclados, había grafitis anti-Bush en los baños y mensajes obsecenos en los contestadores automáticos. Se estima que el coste de la broma fue la enorme cantidad de 15 mil dólares.