Demanda de Kendall contra "acosador" no se resuelve de la manera que esperaba
La batalla legal de Kendall Jenner contra Shavaughn McKenzie, un hombre que el pasado agosto esperó a la modelo en la puerta de su mansión de Hollywood y la siguió hasta el interior de la propiedad cuando entró con su coche, ha llegado a su fin, aunque probablemente no de la forma que deseaba la celebridad.
McKenzie, que se enfrentaba a las consecuencias penales de un delito de acoso y de otro por allanamiento, ha sido declarado culpable sólo de este último, por el que previsiblemente cumplirá una condena en libertad condicional. Por otra parte, no podrá acercarse a menos de 90 metros de la modelo, de su casa o de su lugar de trabajo debido a la orden de alejamiento permanente que ha dictado el juez.
En su comparecencia en la corte de Los Ángeles para ofrecer su versión sobre lo sucedido, Kendall describió su encuentro con McKenzie como uno de los momentos más aterradores de su vida al darse cuenta de que un intruso había cruzado las puertas de su mansión al mismo tiempo que ella, que iba al volante de su vehículo, sin que se diera cuenta.
"Nunca antes había estado tan asustada, estaba aterrada. Me quedé traumatizada. Ya no me siento a salvo en mi propia casa", aseguraba la maniquí de 20 años.
McKenzie ya estuvo en libertad condicional anteriormente tras colarse ilegalmente en el terreno de la Universidad de California, Los Ángeles, por lo que esta nueva condena podría llevarlo a prisión si así acabara disponiéndolo el juez.
El informe de la policía acerca del incidente relataba cómo McKenzie se había acercado al vehículo de la modelo y golpeado en la ventanilla mientras intentaba tranquilizar a una comprensiblemente asustada Kendall diciendo: "Mira, no tengo una pistola". Se cree que tras ese encontronazo la modelo ha preferido no regresar a su residencia, alojándose en su lugar en casa de sus vecinos y amigos.