Un primer acercamiento a comprar arte, por un insider en NY
El arte de coleccionar
El 'mundo del arte' puede parecer intimidante, frío e inhóspito–y ciertamente puede llegar a serlo. Sin embargo, después de tres años como curador en NY, trabajando en ferias de arte, galerías y organizaciones activistas, me he dado cuenta de que es una red social donde el conocimiento, la creatividad, y la curiosidad encuentran un lugar en común.
Por más que parezca inalcanzable, el arte no va de la mano con el dinero. Quienes deciden vivir de ello, generalmente lo hacen persiguiendo su pasión por crear, coleccionar y difundir la cultura. El gran secreto para pertenecer al mundo del arte, es saber que no es un club híper secreto donde necesitas la aprobación de alguien para estar ahí. Es importante tener conexiones, sí, pero también se trata de salir y explorar. Hay ciudades como Nueva York o el Distrito Federal, donde hay arte en cada esquina y en cada rincón. El primer paso es descubrir qué estilo te gusta (más adelante entraré en detalle), y por suerte, el dinero viene después.
Si estás buscando comprar tu primera obra de arte, ya sea con el fin de armar una colección o simplemente para colgar algo en tu casa, busca algo que te fascine. No hay prisa. Es mejor comprar lento, pero seguro; siempre con la idea de que una pintura o escultura, se convertirá en una sola pieza de algo mucho mayor. Yo siempre busco cuál va a ser la siguiente pieza que va a embonar perfectamente en mi colección, como si armara un rompecabezas.
La frase "El artista tiene que morir para que su trabajo valga algo," es tan común y tan incorrecta, que tenemos que ponerle fin. Hoy en día, el mercado de artistas emergentes está más fuerte que nunca. "Apoyando la carrera de un artista emergente es la única forma noble de ser partícipe del crecimiento de la carrera de un creador," me contó Daniela Elbahara, co-directora de Yautepec galería, quien representa artistas emergentes mexicanos e internacionales. "El riesgo que corres al adquirir obra de artistas jóvenes es poco, y el beneficio puede ser muchísimo, más que el de una firma establecida."
He aprendido algo muy valioso: No hay que comprar con la idea de invertir para después vender–es importante comprar para quedártelo. Tu colección se convierte en tu patrimonio. Mi primera obra de arte 'de verdad' fue un cuadro del artista Conor Backman. Después de dos años, sigo coleccionando su trabajo, y nos hemos vuelto muy buenos amigos. Yo confío en su visión, y estoy seguro de que va a lograr grandes cosas en el futuro.
Otro de mis artistas favoritos es Michael Staniak. Su proceso, para el cual utiliza una pistola industrial de pintura, logra unos gradientes de color que asemejan el reflejo de luz en una superficie metálica. Durante los últimos cinco años se ha vuelto uno de los artistas emergentes más importantes en el arte contemporáneo. Tuvo su primera exposición en el Contemporary Art Museum of St. Louis, un gran logro para un artista joven. Cuando descubrí por primera vez su trabajo, dije "tengo que conocerlo", y le mandé un mail para decirle que me encantaban sus pinturas–creo que es importante dar reconocimiento a un buen trabajo. Y creo que me lo agradeció, porque a partir de ese momento, siempre me cuenta de sus logros y nuevas exposiciones.
La relaciones sociales son indispensables si quieres jugar este juego. Tanto he conocido artistas en sus estudios, como lo he hecho a través de Instagram (@alejassan). Con la cantidad de redes sociales que hay, ya nadie está a seis grados de separación–dos cuando mucho- de nadie. Herramientas como Tumblr y Pinterest ponen cientos de museos a través del mundo, en la palma de tu mano. ¡Bienvenido a 2015! Ya puedes comprar arte online y es realmente fácil. Plataformas como Artsy y Paddle8 te permiten poner una oferta en una subasta. Lo único que necesitas es una tarjeta de crédito y buen ojo para que no te ganen la pintura de tus sueños.
Si ya estás listo para empezar una colección, y no sabes a qué galería dirigirte, empieza con una feria de arte. La primera a la que yo atendí fue Art Basel Miami Beach, una de las más importantes para el arte contemporáneo, donde cientos de galerías exponen una pequeña muestra de los artistas que disponen. Arte de todos colores y tamaños.
A un dealer de arte le gusta un cliente que sabe lo que quiere, y es importante llegar con la mente abierta para aprender acerca de nuevos artistas. Siempre sin miedo de preguntar. ¿Quién es el artista? ¿Cómo fabricó la obra?
Así como es importante conocer a tus artistas, también hay que dar crédito a aquéllos que trabajan–o trabajamos–tras bambalinas. En pocas palabras, para que un cuadro llegue a nuestras manos, tiene que pasar por galeros, curadores, críticos, 'art handlers', casas de subastas, entre otros, que promovemos la carrera de un artista, con el fin de que su trabajo se vuelva un medidor de cultura. Un gran ejemplo es Pablo Leon de la Barra, curador de arte latinoamericano del Guggenheim. Uno de los mexicanos creando historia.
Mi experiencia trabajando en galerías de arte me ha enseñado el poder que tiene un dealer para impulsar el trabajo de un artista más allá de su bien material. Llevo un año laborando en la galería de arte contemporáneo Alexander Gray Associates, en Nueva York, donde trabajamos con artistas que fueron muy prolíficos en los años sesenta y setenta, principalmente. Cada uno de ellos enfatiza un tema sociopolítico como el feminismo, la identidad afroamericana, arte conceptual latinoamericano, entre otros. Nuestra misión es crear conciencia del trabajo que han hecho estos artistas por más de cincuenta años–¡el promedio de edad es de ochenta años!
Y por último, me he dado cuenta que los museos nunca van a dejar de asombrarme. Ahora no puedo dejar de analizar cómo fue armada una colección, quién curó una muestra, de qué rango de edad son los artistas, etcétera. La planeación detrás de una exposición, desde el concepto hasta el catálogo que publica el museo, me parece fascinante. Es como un ejército de hormigas trabajando por un fin en común: promover la cultura.