5 estrategias para evitar que tu novio te haga engordar
Cuando yo vivía sola era facilísimo seguir la dieta. Simplemente no compraba cosas que para mí fuera una tentación. En mi alacena no había cereales azucarados, ni galletas ni papitas ni refrescos y no compraba yogurts (estaba en mi época en la que intenté dejar los lácteos). Todo cambió cuando mi novio y yo empezamos a vivir juntos. Recuerdo esa primera época como algo súper emocionante, llena de salidas al cine (con palomitas XXL y algun chocolate), noches de alitas o pizzas o, si era un plan casero: chocolate caliente y quesadillas.
Mi novio además es un flaco que puede darse el lujo de comer no uno sino tres o cuatro panes de dulce en una sentada. Y yo quise seguirle el paso porque me pareció muy deprimente ser la típica ñoña que no acepta ningún plan porque siempre está a dieta. Pero ya se imaginarán que quererme hacer la cool me hizo ganar mas de un par de kilos. ¿Te ha pasado? La verdad y aunque es una triste realidad hay que aceptarlo, no puedes comer como hombre. Pero tampoco tienes que privarte de toda la diversión. Aquí cinco estrategias probadas (en mí) que sí funcionan.
1. Date tus gustos pero no te pases Si salen, se vale pedir un drink o un postre pero no ambas cosas, es demasiada azúcar. No te dejes ir como gorda en tobogán, acuérdate que no eres hombre. Otro consejo que funciona: si sabes que van a salir y vas a pasarte un poquito, procura hacer el resto de tus comidas light.
2. Hagan ejercicio juntos Extiende el horizonte de posibilidades. Además de ir a cenar o con amigos al antro, también puedes organizar un juego de tenis o una salida a andar en bici o a correr y quemar calorías juntos.
3. No cuentes la pasión como ejercicio Es típico que uno piensa que una noche loca equivale a una sesión en el gym y al día siguiente te das el chance de saltarte tu clase de spinning. No te engañes, por más pasional que haya estado el encuentro no quemas tantas calorías como tú crees.