35 víctimas de Bill Cosby rompen el silencio y hablan de sus abusos
A unas semanas de que se revelara la transcripción de una grabación en la que el actor Bill Cosby, reconocido por su programa The Cosby Show, reconoce bajo juramento haber drogado a mujeres con el fin de tener relaciones sexuales, 35 de sus 46 víctimas dieron la cara y narraron su amarga experiencia a New York Magazine.
En la portada de la publicación aparecen las 35 mujeres vestidas de negro; la mayoría de sus declaraciones confluyen en el mismo punto: el "padre americano" las drogaba con Quaalude para posteriormente abusar sexualmente de ellas.
Mujeres de entre 20 y 80 años con diferentes profesiones y ocupaciones (algunas de ellos rostros conocidos, como la actriz Beverly Johnson, la modelo Janice Dickinson y hasta la compañera de trabajo de Cosby, Lili Bernard) narraron su historia, una historia de abusos que duró más de cuatro décadas.
"Me sentí como una prisionera. Podría haber caminado por cualquier calle de Manhattan y haber dicho: 'Bill Cosby me ha violado y drogado' y nadie me hubiera creído. Me metí en esto creyendo que él iba a ser mi padre. ¿Despertar semivestida y violada por el hombre que dijo que me amaría como mi padre? Eso es muy enfermo", narra Barbara Bowman, que sufrió las agresiones desde 1985 hasta 1987 al respecto del abismo que había entre la imagen que Cosby frente a las pantallas y su verdadera personalidad.
Heidi Thomas hoy tiene 55 años y así recuerda lo ocurrido: "Se sirvió una copa de vino blanco, eso significa que debía tomar, por supuesto. Realmente no recuerdo mucho, excepto el despertar en su dormitorio. Estaba desnudo y estaba forzándome para penetrar mi boca".
Joyce Emmons narra que ella le pidió una medicina para el dolor de cabeza "Me dijo: 'tengo algo más fuerte'. Y le respondí: 'sabes que no tomo drogas'. Él dijo: 'eres una de mis mejores amigas. ¿Te lastimaría? Y le creí", sin embargo, despertó en la cama con un amigo del cómico.
Hasta el momento Cosby no se ha pronunciado al respecto de las acusaciones, sin embargo, los cargos en su contra podrían no tener ningún efecto por el tiempo que ha transcurrido desde los abusos.
En la portda de la revista, aparecen cada una de las mujeres ocupando una silla, sin embargo, al final de ellas queda una vacía, la cual abre la posibilidad a que existan aún más víctimas
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