Ana Torroja: Nos cuesta tanto olvidarla
De diminuta figura y con personalidad tímida, Ana Torroja llega a su cita con Quién® en el Hotel Downtown de la Ciudad de México y de pronto roba las miradas, pues es imposible que su presencia despierte todo tipo de recuerdos que las canciones del grupo español Mecano ha dejado con los años.
Con su visita al país presenta Conexión, su primer disco en vivo como solista, y con el cual vuelve a su memoria su gran época junto a Nacho y José María Cano, de quienes se separó por completo en 1998, sin planearlo.
Una separación inesperada
Ocurrió durante los Premios Amigo en octubre de ese año, donde Mecano recibió un premio por su trayectoria, espacio donde José decidió decir adiós públicamente. "La separación era una cosa que no nos planteábamos... llegó, pero no fue por ningún conflicto, sino que José sintió que no quería seguir y así lo dijo, no lo podíamos obligar", recuerda Ana de aquel momento.
A la fecha, está claro que despedirse fue lo correcto, pues ella asegura que los tres no se hubieran mantenido juntos hasta hoy: "Son muchos años... no creo que hubiéramos aguantado tanto. Es difícil mantener un grupo tanto tiempo y sobretodo con esa presión, con esa responsabilidad de estar siempre arriba".
Después de vender más de 25 millones de discos a nivel mundial, ¿qué tuvo que pasar para que el icónico trío se desintegrara? Aunque Ana prestó su voz para éxitos como Hijo de la Luna y Mujer contra mujer, los arquitectos de cada letra desde 1981 fueron los hermanos Cano, cuyo afán individual por ser el mejor compositor y tener más canciones en los discos logró una eventual rivalidad.
Lejos de verlo como un problema, reconoce que el hecho de que José María quisiera figurar tanto como Nacho ayudó a mantenerlos en la cima: "Entre ellos había una competencia artística muy fuerte y yo creo que eso fue muy bueno, porque lo que intentaba cada uno era hacer mejores canciones y al final lo conseguían porque se picaban el uno al otro y creo que eso fue lo mejor que pudo ocurrir".
Entonces el papel de la madrileña fue mediar para evitar que las tensiones llegaran a un punto crítico: "Había muchas cosas en las que no estaban de acuerdo con respecto a los temas y yo estaba ahí para poner orden". Aún con las disputas y los egos, el trío era consciente que no funcionaban sin uno de ellos.
Buscando a la "Ana Normal"
La cantante tomó las riendas de su carrera como solista con Puntos Cardinales en 1997, no sin antes tratar de reencontrarse con sus colegas, sin el resultado esperado: "Nacho y José estaban con sus proyectos y yo no sabía cuándo iban a acabar, así que tomé la decisión de hacer algo muy valiente: empezar de cero con la inercia de venir de un grupo de muchísimo éxito".
En efecto, sus amigos estaban ocupados, pues Nacho se dedicó a la producción musical y aunque su hermano quiso ir por el mismo camino, finalmente se convirtió en pintor bajo el pseudónimo Cano de Andrés.
Luego de lanzar su álbum Sonrisa, en 2010, pero la incertidumbre volvió a llegar después, aunque dice que entonces no le afectaba: "Llegué a pensar que mi momento había pasado y ya no iba a volver. No me importaba... lo tenía totalmente asumido, no me iba ni a despedir, simplemente iba a hacer un stand-by que no sabía cuanto tiempo iba a durar".
Ahora lo sabe, y es que tras cerca de cuatro años de ausencia, México, país al que llama su segunda casa, le ofreció regresar con los éxitos de Mecano a dueto y nuevas canciones, para así formar Conexión, disco que lanza en mayo; además de ser convocada para unirse como juez en el programa Me Pongo de Pie, de Televisa.
En Conexión, Ana se reencuentra con amigos como Miguel Bosé, Aleks Syntek y Paty Cantú, quien escribió su actual sencillo "Disculpa". En retrospectiva reconoce que el legado que dejó Mecano es único, pero también admite que para ella estar en la cima no necesariamente es la meta: "Ahora mismo estoy en un lugar en el que me gusta mucho estar, no me gusta estar allá arriba, del todo, prefiero estar aquí, en un sitio intermedio donde pueda seguir disfrutando el ser Ana".
Sin prisas de nada
El camino de individualidad artística no era el único que tenía que recorrer, pues en el plano personal Ana también buscaba un sustento lejos de los reflectores, el cual se hizo presente en la figura de Rafael Duque, su Ingeniero de Sonido en la gira Frágil, y con quien se casó en 2003 y la puso en un balance: "Para mi es importantísimo equilibrar la balanza y darle el tiempo necesario a mi trabajo, a mi familia y a mí. Todo eso requiere su tiempo... y yo no soy una mujer de prisas".
Y sin prisa llegó su hija Jara, cuando Ana tenía 45 años. "Ella canta conmigo en casa, se le da muy bien, le gusta, pero sólo está jugando... no sabemos para donde va a tirar", nos platica sobre el talento de la pequeña de 9 años, con quien trata de no ser "muy estricta", pues sabe que apenas es una niña.
Con todo un legado musical y 55 años de edad, ¿hay Ana Torroja para rato? "Si la salud me lo permite y el público también, a mi me gustaría. Me parece el momento perfecto en el que paso de una Ana a otra... y no sé como va a ser esa Ana, pero de momento está feliz".