Usar Facebook constantemente puede causarte depresión
Un estudio reciente revela que los usuarios intensivos de la red social pueden experimentar envidia, que podría convertirse en tristeza crónica.
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang de Singapur y las universidades estadounidenses Bradley y Missouri-Columbia realizaron el estudio. Encuestaron a 736 estudiantes universitarios y encontraron que, básicamente, los usuarios de Facebook que vigilan las publicaciones de sus amigos y concluyen que su vida es mucho mejor que la suya, experimentan frustración y tristeza.
"Si Facebook se utiliza para saber qué tan bien le va a otros en el aspecto financiero o qué tan felices son en sus relaciones sentimentales, cosas que provocan envidia entre los usuarios, puede llevar a la depresión", indicó Margaret Duffy, profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Missouri.
Revista de chismes personalizada
Los muros de Facebook no sólo provocan envidia y tristeza entre universitarios. Yo estoy en mis cuarentas y entiendo perfectamente esa sensación.
Facebook abarca gran parte de mi vida. Como la mayoría de los usuarios de esta red, tengo la app en mi teléfono. La reviso en el trabajo, en casa, y también cuando salgo a la calle. Si estoy en una estación de metro con conexión WiFi, la checo ahí también.
Estoy al tanto de la vida de todos mis amigos, sus hijos y lo que están leyendo en ese momento. Por desgracia, es una adicción a la que no puedo renunciar.
Facebook me ha dado una pequeña ventana a la vida de mis amigos que conocí en mi ciudad natal. Tienen hijos, algunos ya tienen adolescentes. Tienen casas encantadoras y ¡oh las cenas que organizan! Hay emplatados que parecen salidos de una revista de la gurú del diseño de interiores Martha Stewart. Miro todos los videos de sus hijos hablando de las temas más originales. Veo fotos de sus vacaciones en lugares exóticos.
He llegado a la conclusión de que Facebook es una revista de estilo de vida, una gran sección de lifestyle sobre mis amigos, a quienes les va mejor que a mí.
Leo detenidamente Facebook en mi computadora sobre mi mesita de sala, porque no he madurado lo suficiente para comprarme un escritorio. Mi mesita es multiusos, además de navegar en mi laptop, como queso, sin galletas porque me da flojera ir a la cocina por ellas.
Mi único consuelo es que a veces mis amigos escriben con faltas de ortografía, confunden "hay", "ay" y "ahí" en sus publicaciones sobre sus encantadoras vacaciones y encantadores hijos. Entonces, de repente, me siento un poco mejor conmigo misma.