Mucho trabajo... ¿Y los bebés, Ludwika?
Este artículo se publicó en la edición 330 -Jorge Castañeda en portada- y puedes adquirir el ejemplar en su versión digital con sólo dar clic aquí.
Los planes de aumentar la familia se encuentran en pausa para Ludwika Paleta. "Híjole, ¿cómo le hago? Aveces digo ‘sí, voy a tener un bebé', pero... ¿a qué hora?", nos comparte. "Si llega está perfecto, pero no estoy trabajando en ello como lo hago aquí con la película".
Acompañamos a Ludwika a emprender su nuevo viaje cinematográfico a Huamantla, en Tlaxcala, donde filma Rumbos paralelos, que la mantendrá cinco semanas fuera de casa.
"Estar lejos tiene sus desventajas, pero también ventajas", asegura. Ludwika requiere toda la concentración posible cuando trabaja, y estar lejos de casa le ayuda.
Emiliano Salinas, su esposo, seguramente es quien más la extraña, pero la actriz sabe que cuenta con él. "Su apoyo es incondicional, siempre me apoya mucho, siempre está conmigo. Le gusta verme haciendo lo que me gusta".
A sus 36 años, es consciente de cómo divide su carrera y su vida personal: "Es importante priorizar, porque efectivamente si un día cumplo 40 años y no me he puesto a trabajar en un bebé, pues no va a caer del cielo, pero también en este momento tengo otra prioridad, que es mi trabajo".
Por lo pronto disfruta de su hijo Nicolás, de 15 años, que incluso la ayudó a trabajar en su papel. "Todo lo que he vivido con mi hijo me da herramientas para imaginar la situación", cuenta Ludwika.
Rumbos paralelos cuenta la historia de dos madres que se enteran de que los hijos que han criado durante 10 años fueron intercambiados al nacer. "Le pregunté a Nicolás qué haría si de repente se enterara de que no es mi hijo, y volteó y me dijo: ‘Mamá, somos idénticos', y sí lo somos". De eso no nos cabe duda.
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