Sala llena… Birdman, una obra maestra
Nota del editor: Los comentarios que aquí se reflejan son exclusivamente una opinión de Jorge Coll, reportero de espectáculos desde hace 10 años, cinéfilo de corazón y apasionado del showbiz. Actualmente colabora en la revista Quién.
El director mexicano Alejandro González Iñárritu tuvo un proyecto sumamente ambicioso entre manos y supo perfecto cómo llevarlo a cabo, claro que esto no hubiera sido posible de no haberse reunido con un equipo de profesionales en cada uno de sus rubros.
La historia trata acerca de un actor que en el pasado ganó reconocimiento en el cine como un superhéroe y hoy en día quiere salir del olvido y probar que tiene madera para hacer un exitoso montaje en Broadway. El problema aquí es que probarse a si mismo y soportar la presión externa desencadena una odisea donde el humor negro es el mejor elemento para romper la tensión y los largos, pero necesarios, diálogos de grandes actores en el elenco, donde destaca Michael Keaton como nuestro protagonista. Emma Stone, Edward Norton y Zach Galifianakis no están de sobra, pues cada uno añade su importante dosis de intensidad y ayudan a involucrarnos más en un escenario que es una sátira clara a la fama y sus particulares consecuencias.
La cinta está filmada magistralmente para hacernos creer que todo es un plano secuencia y resulta en una grata sorpresa. Emmanuel Lubezki está presente en el trabajo de fotografía y es obvio que sabe cómo hacer las cosas de forma impecable. Técnicamente se luce y cada golpe de batería (que se usa como música incidental) está presente donde debe estar, marcándonos el ritmo y volviendo al espectador una parte más del frenético ritmo de las dos horas de este mundo tan surrealista.
Merece cada nominación y premio. Es casi una joya y fácilmente se convertirá en una película de culto.