Adriana Abascal y el hombre con el que sí se casó por amor
Adriana Abascal es un ícono de estilo, una exitosa profesionista y una esposa y madre plena. Ella encabeza la lista de las Mexicanas Mejor Vestidas y los hombres más Fashion de la revista Quién.
Desde su amplio y luminoso departamento en París, cerca del Arco del Triunfo, Adriana nos habló de su pasión por la moda, de la habilidad con la que combina sus tareas como profesionista y madre, del pasado que la llevó a ser la mujer que es hoy y, por supuesto, de su matrimonio con Emmanuel Schreder.
A los 26 años, en 1997, Adriana enfrentó la muerte de su novio Emilio Azcárraga Milmo, el magnate de la televisión en México que le llevaba cerca de 40 años. Cuatro años después llegó al altar con Juan Villalonga, principal accionista de la empresa española Telefónica, con quien tuvo a sus tres hijos Paulina, Diego y Jimena, y de quien se separó 2009.
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Buscando una nueva vida, Adriana nos contó que se mudó de Londres a París, donde conoció al "hombre de su vida", reafirmando aquello que declaró poco antes de casarse con él: "Por fin me caso por amor".
Emmanuel, presidente de una multinacional especializada en la prestación de servicios inmobiliarios, le propuso matrimonio sólo seis meses después de salir como pareja y luego de regresar de viaje de Careyes: "Gracias a mi país maravilloso. Fue cuando viajó a México que estuve segura de que íbamos a terminar casándonos. Muy seguido digo que Emmanuel no se enamoró de mí, sino de México", dice emocionada Adriana.
La boda fue en Ibiza a finales de junio de 2013 y en ella estuvieron presentes más de 200 invitados de 20 diferentes países, entre ellos Eugenio López, Angélica Fuentes y Jorge Vergara, Nati Abascal, Boris Izaguirre y Alfonso de Borbón, nieto de Francisco Franco. Su sencillo vestido de novia de crepé de seda fue diseñado por el español Lorenzo Caprile.
Sobre cómo es la relación de sus hijos con su pareja, Adriana explica: "Yo pensaba que mis hijos iban a sacrificar mucho de su tiempo conmigo por tener una relación nueva y ahora estar casada, pero no, todos somos muy unidos. Él los incluye en todo. Nos reunimos con los hijos de Emmanuel muy seguido (él estuvo casado dos veces antes de hacerlo con Adriana, y tiene cuatro hijos). Durante el Mundial, en los juegos de Francia, aquí tenía a todos, les hacía guacamole y tacos para ver el partido", cuenta.
¿Cuáles son los hábitos que tienes con tu familia en París?
La compra la hacemos los dos; Emmanuel y yo vamos a un mercado no muy lejos de aquí los sábados. Compramos mermeladas, quesos, verduras y demás. Muchas veces, Diego, mi hijo, viene con nosotros y él escoge los helados que vamos a comprar. Durante la semana hacemos frijoles que compramos en el supermercado.
¿Es difícil ser una madre que viaja constantemente y que trabaja una gran parte del tiempo?
Me organizo. A veces estoy a tope y el día parece interminable, entonces llego a casa tarde y Jimena, la menor, me pide que le lea un cuento, se lo leo y lo disfruto. En otras ocasiones me desvelo trabajando y al día siguiente me levanto temprano para estar lista y llevar a Paulina a la escuela. Tengo que viajar por trabajo, así que cuando estoy en París prefiero estar en casa y desde aquí hago todo. Antes que nada soy madre y trato de ser la mejor posible para ellos.
Hoy Adriana es una mujer con nombre en el mundo de la moda y satisfecha con su vida personal: "No me arrepiento de nada en la vida. Todo lo que he hecho es lo que me ha llevado a donde estoy (...) Sé que hay que pasar por la oscuridad y la tristeza para valorar los días felices".