Alberto de Mónaco interviene en `guerra´ de princesas
La cabeza de familia, Alberto de Mónaco, tuvo que poner orden entre su hermana mayor, Carolina y su esposa la princesa Charlene, debido a unos desacuerdos. En el entorno del príncipe Alberto de Mónaco no se habla de otra cosa más que de crisis.
Es evidente que la crisis en la Casa Grimaldi sigue y ahora salen a la luz rumores de que las cuñadas no hacen click, por lo que el hijo del príncipe Rainiero tuvo que ser el mediador. Los principales medios de comunicación franceses y monaguescos hablan de una profunda crisis en la familia real e incluso se atreven a asegurar que Charlene no es feliz en su matrimonio y en todo lo que implica ser la esposa de Alberto y vivir en un palacio.
El objetivo de Alberto fue hablar con las dos para que de cierta manera esa distancia entre ambas disminuya o que por lo menos no sea obvio frente a la prensa y pueblo, tal como informa el portal Vanitatis.com. Aunque el Palacio Real se ha encargado de hacer una especia de comunicados oficiales diciendo que todo esta bien dentro del palacio, algunos atribuyen esto a una especie de cortina de humo para que no sea tan obvio lo que esta pasando tras las puertas del palacio.
A pesar del esfuerzo por parte del segundo hijo de Grace Kelly, Alberto, las hermanas de éste, Carolina y Estefanía, parecen no estar dispuestas a mostrar un acercamiento con su cuñada. Hace unos meses, el mismo Príncipe de Mónaco declaró que gente y en general la prensa son los que se han encargado de difamar y hacer chismes para destruir su matrimonio.
Mientras tanto, Charlene Wittstock tiene 36 años y no ha le ha dado un hijo al Principado de Mónaco y por lo tanto empiezan las especulaciones de quien podría ser el siguiente en el trono. Algunos apuntan que las rivales de Charlene están contentas con esto, ya que de esa forma el siguiente Príncipe sería Andrea Casiraghi, hijo y sobrino respectivamente. De esa forma todo quedaría dentro de la familia consentida.
Andrea, después de su matrimonio con Tatiana Santo Domingo y su primer hijo, Sacha, ya no es el mismo que antes se veía en las portadas de revistas de chismes. Hoy su vida ha dado un giro radical, le dedica tiempo su familia y está estudiando otra vez en el Instituto de Empresas de Madrid, ya que esto le servirá en un futuro si llegase a ser el dirigente monegasco.