Erick Elías, el papá más sexy

Erick Elías viaja, actúa, modela y no para de trabajar. Pero en medio de la vorágine de la fama que le dejó "Porque el amor manda", tuvo tiempo de emprender la que dice fue su aventura más arriesgada: ser padre por segunda vez.

Al entrar, la casa de los Elías Guindi estaba en sospechoso silencio. Las piezas de arte estaban en su lugar, el piso deslumbrante y cada libro en el estante correcto. Fue una carcajada en la habitación del fondo lo que delató la presencia de Penélope, de dos años, y Olivia, la bebé que desde hace cinco meses ha completado la que parece que pudiera ser la familia ideal.

Elegir su nombre les llevó algunos meses y unos 20 libros comprados. "Yo temía por el bullying, pero estoy segura de que tendrá una personalidad fuerte y un hogar amoroso que la proteja", dice Karla, la stylist que conquistó a Erick Elías hace cuatro años.

Al llegar a la habitación de las niñas descubrimos que el autor de las risas era Erick. Ese galán de telenovela que tuvo a más de tres millones de televidentes pegados a su asiento, estaba en el piso, sin zapatos, dejando que sus hijas jalaran su pelo y lo llenaran de besos. Erick estudió Diseño Industrial, pero la actuación y las artes plásticas son su gran pasión. En cada rincón de esta casa hay una pieza de arte y en sus ratos libres le queda tiempo para pintar. "Me gusta que mis hijas estén cerca del arte, creo que alimenta tu espíritu y quiero que tengan esa riqueza interior", dice el actor de 33 años que terminó de filmar "Amor de mis amores".

Penélope tenía apenas un año cuando le dijeron que su hermana ya estaba en camino. Aunque no estaba planeado que Olivia viniera tan pronto, Karla y Erick se habían imaginado como padres. "Siempre quise ser papá. Eso no quiere decir que sea el mejor, porque la paternidad no se aprende, la vas descubriendo en el día a día, tus hijos son los verdaderos maestros".

Y Erick ya puede titularse. Mientras Karla se preparaba para la sesión, que dependía de dos niñas, era él quien las entretenía y animaba a posar frente a las cámaras. "Karla y yo nos dividimos el trabajo, es una mamá muy dedicada. Pero cuando las niñas están de malas, soy el adecuado para calmarlas. Ser papá es para valientes, se necesita valor para enfrentar la responsabilidad, inteligencia para enseñarles el mundo", dice.

Lo que teme es cuando sus hijas crezcan y "tenga" que convertirse en un papá celoso. "Para las mamás puede ser más fácil, pero como hombre me imagino que es difícil desprenderte, dejarlas ir cuando quieres que sean tus niñas siempre", detalla. El hombre que fue elegido en 2013 por la revista People como uno de los 50 personajes más bellos, sabe que sus hijas heredarán su galanura. Al ver la sonrisa de Penélope y los ojos de Olivia, es inevitable pensar en el actor que se ha ganado un séquito de fans. Pero las mujeres de su vida son estas tres y no más. "Son las que me hacen mejor persona, mejor actor, mejor papá y mejor esposo", agrega.

¿Cómo equilibrar la imagen de un galán con la de un padre cariñoso?

Erick: Una cosa no está peleada con la otra. Vivir experiencias así de grandes y fuertes en la vida se proyectan, te hacen un hombre más sensible.

¿Ser papá te hace más sexy?

Erick: No sé si me ven más sexy o atractivo, lo que sí sé es que me veo y soy más feliz.

Karla: Ver a un hombre guapo con una bebé, lo hace ver guapísimo. Para mí sí es más atractivo desde que es papá, descubrí un lado de él que no conocía. Tenemos 15 años de conocernos, primero fuimos amigos, y aún me sorprende. Lo veo tan entregado, tan cariñoso con sus hijas que no me queda más remedio que enamorarme más. Cuando nació Penélope tuve una infección y estuve dos semanas en el hospital. Durante ese tiempo él cuidó a nuestra hija. Me sorprendió mucho. Para mí eso fue súper sexy.

¿Y no te pones celosa de las fans?

Karla: Para nada. El día de mi boda recibí tuits de odio pero es normal. Más bien me hacen sentir orgullosa porque quiere decir que a él le va bien en su trabajo.

¿Quieren tener más hijos?

Erick: Todavía no lo decidimos. Suena padrísimo tener tres, pero dos ya nos hacen muy felices. Creo que tenemos que disfrutar este momento y decidirlo más adelante.

En medio del flash y las luces, Penélope necesita una siesta y la producción hace una pausa antes de seguir. Erick deja claro que su trabajo no puede interferir con la vida de sus hijas. "No quiero que la fama sea nunca un problema para ellas, quiero que mi trabajo sólo sea un motivo de orgullo", dice.

En unas horas más las fotos terminan, pero las niñas y sus padres no dejan de reír y divertirse.

"La clave de estos buenos momentos, de esta buena vida", nos confiesa una radiante Karla, "es que Erick y yo fuimos mejores amigos durante mucho tiempo. Nos conocimos tal cual, sin pretensiones y sin fingir nada. Él sigue siendo mi mejor amigo y mayor cómplice en esta locura".