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¿Por qué Cuarón era el indiscutible ganador del Oscar?

No todos los días un director inventa una nueva forma de hacer cine, razón por la cual, el mexicano se posicionó como favorito desde el momento de su nominación.
dom 02 marzo 2014 09:30 AM
No todos los días un director inventa una nueva forma de hacer cine, razón por la cual, el mexicano se posicionó como favorito desde el momento de su nominación.
Alfonso Cuarón, director de Gravity No todos los días un director inventa una nueva forma de hacer cine, razón por la cual, el mexicano se posicionó como favorito desde el momento de su nominación. (Foto: Getty Images)

Esta noche el director mexicano Alfonso Cuarón se vio premiado con el nombramiento a Mejor Director por parte de la academia que preside el Oscar. No podemos decir que nos haya sorprendido. Si somos sinceros, Cuarón tenía éste esquiando sobre la palma de su mano, como tuvo otros tantos durante el award season. Y he aquí el porqué.

No todos los días llega un realizador a cambiar por completo la forma en la que hacemos y percibimos el cine. De hecho, no desde que James Cameron se anotó un home run con Avatar que un director creaba una nueva tecnología sólo por 90 mintos de desinteresado entretenimiento. Dejemos por un momento a un lado el hecho de que Gravity es una excelente película; que Rotten Tomatoes le dio 97 de 100 en su usualmente estricto listado de calificaciones y que el New Yorker comparó la visión de Cuarón con la de Stanley Kubrick en 2001 Space Odyssey. Entremos de lleno en las razones técnicas por las cuales al mexicano no se le podía ir el premio de las manos.

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Gravity nos llevó al espacio. No como Star Trekk nos ha llevado al espacio o como Star Wars nos ha llevado al espacio, pero verdaderamente nos transportó a un horizonte sin norte, sur, sin este u oeste; sin peso, sin la posibilidad de nadarlo ni de entenderlo a través de leyes newtonianas. Y perfeccionar la técnica, a Alfonso Cuarón le tomó años.

De hecho, en entrevista con Quién el director nos confiesa que en más de una ocasión escuchó que lo que él quería no se podía hacer y que lo mejor era darse por vencido.

Alfonso Cuarón presumiendo su Globo de Oro.
Alfonso Cuarón presumiendo su Globo de Oro.


Pero Cuarón no lo hizo. Al lado de su fotógrafo de confianza, Emmanuel Lubezki encontró la forma de simular la nada del espacio sin perder el encanto cinematográfico de enormes planos secuencia que siempre lo ha caracterizado. Para lograrlo escribió su propio libro de reglas:

1. Nada de improvisación. Cada movimiento tanto de Sandra Bullock como de George Clooney estaba perfectamente cronometrado y coreografeado de manera obsesiva. Salirse de este sketch podría significar que la secuencia entera perdiera su ritmo y su sentido.

2. Cambiar las reglas de preproducción. La película sería tratada más como una cinta de animación que un proyecto con actores. Los story boards se hicieron como las viñetas de un cómic y así también se trató cada cuadro del drama. Un proceso que tomó alrededor de dos años en perfeccionar.

3. Crear luz en el espacio. Allá afuera donde nadie puede prender un foco lo que existe es el sol, y la luz que rebota de los cuerpos que lo rodean. Para poder crear esas increíbles tomas en las que vemos a Sandra Bullock por todos los ángulos posibles --porque la cámara viaja a su alrededor, arriba, abajo, desde dentro de su casco y hacia afuera-- Cuarón y Lubezki ingeniaron una cámara de luz. Hecha con 196 páneles y 4096 focos, de 6 metros de largo y 3 metros de ancho.


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Una caja que les permitía jugar con la luz, prendiendo y apagando focos alrededor de sus actores u objetos conforme la cámara se moviera para simular el movimiento de la luz solar. Eso señores, no existía en Hollywood hasta que llegó Cuarón.

Alfonso Cuarón junto con su musa Sandra Bullock
Alfonso Cuarón junto con su musa Sandra Bullock


4. Colgar a tus actores en anillos de 12 cables. Perfectos para que Bullock perdiera por completo la noción de arriba-abajo. Y luego de la colgada, encerrarla en la cámara de luz completamente sola con la única conexión humana proveniente de una bocina en su oído, detalle que ayudó a que la actriz entrara en el sentimiento de abandono de su personaje.

5. Dibujar nuevas líneas de gravedad...o la falta de ella. Mientras los animadores que trabajan en, digamos Pixar, están concientes de la curvatura por la que tiene que pasar un objeto que es lanzado en la Tierra antes de caer al suelo; el equipo de Cuarón tuvo que imaginar nuevas formas de movimiento en el espacio, tomando en cuenta que esta curvatura desaparece por completo al momento en que desaparece por completo la fuerza de gravedad.

6. Desvanecer el sonido. Si entendimos algo en nuestras clases de física, el sonido no viaja en el vacío, y Cuarón se agarra de esa noción para ofrecer una edición sonora que muchas veces tiene mucho más fuerza cuando nos deja en completa inercia y silencio, que en los momentos en los que escuchamos ruido.

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