Lo que habíamos olvidado de Paul Walker, fue ícono de los 90
Este sábado el mundo cinéfilo se vio impactado con la noticia de que Paul Walker había muerto en un accidente automovilístico. ¿Cómo iba a ser? ¿Brian O'Conner, el hombre capaz de manejar el auto que fuera, salir derrapando desde un avión, atravesar carreteras en un tanque, pasar por debajo de un trailer a toda velocidad, conquistar el asfalto en Brasil, Italia, Inglaterra, fallecido en un coche?
Fue precisamente porque durante cinco películas Paul Walker realizó este papel que la noticia nos cayó como agua fría, pero recordando su filmografía, regresando a finales de los 90, a la época en la que se colocaba como un it boy del cine adolescente, nos dimos cuenta que Paul era más que el macho sidekick de Vin Diesel. Paul Walker en algún momento... no fue sinónimo de coches.
En 1998, Paul Walker utilizó esa sonrisa de all american boy para ganarse su primer gran lugar en el cine. La cinta era en blanco y negro. Bueno...al menos una parte de ella. 'Pleasantville' fue la misma película que lanzó a la fama a Reese Witherspoon y a Tobey Maguire, en ella, Walker era el especimen perfecto del rockabilly cincuentero, el antagónico de un rebelde protagonista que quería cambiar al mundo.
'Pleasantville' fue la primera cinta que nos hizo voltear la cabeza y preguntarnos, ¿quién es él? Y a ella le siguió 'Varsity Blues'. La historia de un equipo de fútbol americano y el quarterback que los quiso llevar a la gloria pasó a la historia como la primera en la que vimos a James Van Der Beek fuera de su papel como Dawson Leery. No contó con Paul Walker como protagonista, pero nuevamente los penetrantes ojos azules del actor robaron cámara, inyectando en la gente un sentimiento de "queremos ver más de él".
Sueño cumplido, en 1999, Paul repitió el papel de villano en 'She's All That', probablemente una de las teen flicks más irónicas de la década. En ella, Walker comprometía a Freddie Prince Jr a una apuesta que todo estudiante ha querido repetir en algún momento de su vida: "Si eres tan popular, te reto a que conviertas a la niña más desastrosa del lugar en la reina de la graduación". Paul Walker estaba cada vez más cerca de su primer protagónico. Y lo consiguió tan sólo un año después.
Fuera de 'The Fast and The Furious', 'Skulls' es probablemente la siguiente película por la que pasará a la historia. Habiendo chocado cabezas con el mismísimo Dawson Leery en 'Varsity Blues', Paul se preparó para enfrentar a su siguiente alumno de 'Dawson's Creek' y cumplió el sueño de más de una adolescente protagonizando un mano a mano con Pacey Witter...es decir, Joshua Jackson.
Notas relacionadas:
'The Skulls' nos llevó al detrás de cámaras de una sociedad secreta universitaria. Todos los mitos y leyendas que hemos escuchado sobre las fraternidades se ponían en la mesa; aunque para muchas, la cinta fue sólo un pretexto más para ver a dos de los galanes favoritos de la época compartiendo cuadro.
Sin sorpresa, para el 2001, Paul Walker ya era un favorito de los adolescentes. El Robert Pattinson de sus épocas. Fue este año que le llegó la gran oportunidad que lo convirtió en símbolo de testosterona y velocidad, 'The Fast and The Furious'. Pero como aquí queremos recordar al Paul que no se sentaba en asientos de piel, vamos a movernos cuatro años hacia adelante. El declive de una carrera que no se supo manejar.
Para el 2005 el nombre de Paul Walker ya no se escuchaba con tanta emoción como antes. Las primeras dos cintas de 'Fast & Furious' le habían dado toda la atención que necesitaba, pero la gente se empezaba a preguntar si era puro cuerpo y nada de talento. Su aparición en la cinta 'Into the Blue' al lado de Jessica Alba no hizo nada para desmentir los temores. Durante toda la cinta, el actor se pasea con una tabla de surf y sin playera.
No habiendo encontrado al público que alguna vez lo levantó en brazos, Paul Walker se pasó al lado familiar de la industria. 'Eight Below' fue su debut con Disney. Un clima ártico, varios perros siberian husky y un trineo que jalar fueron el escenario para una película que pasó por cartelera sin pena ni gloria.
Dentro de una década que lo comenzaba a olvidar, Paul Walker tomó una sabia decisión en su carrera: dejarse dirigir por Clint Eastwood. En 2006 apareció al lado de Ryan Phillippe en 'Flags of our Fathers', un drama militar situado en Iwo Jima, donde seis soldados americanos luchando por poder levantar su bandera en alto en suelo japonés eran la tuerca que movía una joya muy distinta a los proyectos a los que Paul Walker estaba acostumbrado.
Su actuación en cinco cintas de 'Fast & Furious' (sólo no apareció en una) fueron el resto del legado del actor. Al momento de su muerte, Paul Walker se encontraba filmando la séptima entrega (cuyo futuro ahora es de lo más incierto). Brian O'Conner fue su herencia al cine de acción, pero si somos justos, para toda una generación que alguna vez le aplaudimos a Freddie Prince Jr el no quedarse con la más popular, y nos enternecimos al ver a Tobey Maguire pasar del blanco y negro al color con sólo enamorarse, Paul Walker también fue la reencarnación de un Elvis, un jugador de americano, el peor amigo de la preparatoria, el símbolo de una conspiración y por qué no...hasta un susurrador de perros.
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