Mario Vargas Llosa presenta "El héroe discreto"
El escritor Mario Vargas Llosa arribó a la Ciudad de México para ser partícipe de diversas actividades que giran alrededor de la promoción de su libro "El héroe discreto", mismo que presentó anoche ante invitados especiales y público en general en la Biblioteca de México José Vasconcelos.
Los maestros José Miguel Oviedo y Juan Cruz fungieron como moderadores en el encuentro que Vargas Llosa tuvo durante casi una hora y media para hablar de su nueva novela. Años atrás, Oviedo fue compañero de clases de Vargas Llosa.
"El héroe discreto" narra la historia paralela de 2 personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario que es extorsionado; y de Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien trama una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto.
La novela se ha convertido por muchos en la obra más positivista del autor peruano, que además ha mostrado un Perú diferente. "No pensé nunca que estaba trazando un cuadro donde reflejaba los grandes contrastes de la sociedad Peruana, pero al final es también algo que resultó", comenta Mario Vargas Llosa.
"Nunca he tenido una idea general, política, filosófica o sociológica que haya resultado en una historia. En mi caso, siempre ha sido al revés. He escrito novelas porque he querido contar determinadas historias y esas historias luego han tenido unas lecturas o unas interpretaciones políticas o sociales, pero nunca ha sido de mi parte algo deliberado, porque cuando escribo una novela el objetivo fundamental es contar una historia de una manera que resulte persuasiva para el lector", declara el autor.
El hecho de que en sus obras plasme otros elementos es consecuencia de lo que vive, pero el escritor admite que su interés es otro: "Me interesan mucho más los personajes, la circunstancias, las motivaciones de los actos, incluir las consecuencias de los actos mismos".
Acerca del origen de esta historia, el premio Nobel de Literatura cuenta: "surgió de una información que recibí en una ciudad del norte de Perú, en Trujillo, donde un empresario, aparentemente de origen humilde, publicó un pequeño anuncio en un periódico dirigiéndose a la mafia diciéndole que no aceptaba el chantaje que le hacía".
Vargas Llosa confiesa cómo logra mantener a sus lectores interesados: "Fue mientras escribía la novela que sentí la necesidad de que cada capitulo terminara con una incógnita importante. Hay muchas maneras de enganchar al lector. Algo fundamental, uno no quiere que una novela de la impresión de una historia fría, sino de una historia que realmente ocurre. En esa novela yo sentí que ese suspenso en el que terminan casi todos los capítulos es una manera de tener al lector enganchado, sin desconectar con la historia que estaba contando".
El autor de 77 años no es muy adepto a la tecnología. Incluso, trabaja los borradores de sus obras completamente a mano, admitiendo que él formará parte de la última generación de escritores que no utilice una computadora.
El libro cuenta con la sorpresiva aparición de otros personajes clásicos de Vargas Llosa, como el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito. Una mezcla exacta de melodrama y comedia conforman, el que promete ser, otro clásico de este fructífero escritor peruano.
JC