Blog: El precio de ser una Power Woman
Repite conmigo: Yo soy, tú eres, ella es, nosotras somos, ustedes son. Todas somos power woman porque la fuerza de una mujer radica en sus cromosomas, así que no hay pretextos, estamos en igualdad de circunstancias. Sigue leyendo hermosa, se pone mejor.
A lo largo de los años han existido féminas que se "salen del huacal", que brillan de una forma encantadoramente extraña, "que tienen ángel" ¿Qué hay en ellas que yo no tengo? Un gran amor hacia su persona y hacia la vida que hace que les brote una pasión infinita, vivan la magia de su condición de mujer y estén dispuestas a pagar cualquier precio por experimentar como protagonistas la historia de su vida y conocer su libertad. Punto.
Todas tenemos magia dentro, es sólo que no todas tenemos el valor de ponernos la capa roja y conquistar al mundo (algunas prefieren usarla para cruzar el bosque y llevarle galletas a su abuelita). ¿Qué necesitas para unirte a ese grupo al que ya perteneces y convertirte en eso que ya eres? Sigue leyendo hermosa... ya casi llegamos al punto.
Con estos cuatro pasos te comparto a lo que estás invitada, ya es tiempo de ponerte tu capa y de aceptar tu condición de "milagro de la vida creado para hacer más milagros". ¿Estás lista?
Reconoce tu condición de súper woman.
Cré-e-te-la. Ya lo dijo María Félix "¡No me creo la divina garza! ¡Soy la divina garza!" Se consciente de tu condición de mujer. Ama esos altibajos sin desenfreno que te hacen una dramática cosita divina digna de admirar. Ve la grandeza que hay en ti, ya es hora de que te pongas tu capa y te unas al clan. Pero no llegues al salón de la justicia sin saber lo que eres: LO MÁXIMO. Porque el amor que te tienes es el amor que puedes ofrecer y justamente el amor es el principio y fin de todo.
Reconoce tu oportunidad: Estás viva.
¡Chócalas! A diferencia de la mayoría de los seres humanos - pasados y futuros - ¡Estamos vivas! Vivas con todo lo que eso conlleva: llorar, buscar salidas donde no las vemos, ser unas guerreras a la hora de los duelos, aceptar las despedidas, hacerlas de mamá, de hermanas, de amigas, de hijas, de profesionistas y ¿por qué no? De papás... Ser consciente de que debemos alejarnos de las kriptonitas, pelear con villanos, tener más superamigos, no comprometer nuestra persona por nada ni por nadie, levantar los brazos por quienes lo necesitan, gritar si es necesario, enamorarnos o caminar con el corazón hecho trizas, sacrificar lo que sea por ver nuestra misión resuelta y al final de este telón, sabernos una historia digna de ser escrita. Porque ya lo dijo el tío de Spiderman "A grandes dones corresponden grandes responsabilidades" y al estar conscientes de lo que somos, implica que afuera miedos y nada de que siempre no. Una vez que tienes tu capa puesta y eres consciente de que estás viva no hay marcha atrás señorita... así que sigue leyendo.
Toma tus herramientas...
Abraza todo lo que tienes, alimenta tu vida espiritual, usa tu dolor como fertilizante, amarra a tus miedos como delincuentes, tápales la boca con una pañoleta, fortalece tu cuerpo, párate derecha, pisa firme, usa esos cambios locos de humor a tu favor, resalta tus talentos, conéctate contigo, busca tu propia perfección, define tu autoconcepto y defiéndelo como a una fiera, confía en tu intuición femenina, aumenta tu tolerancia a la frustración, conéctate con tus umbrales del dolor, acepta tus errores, pide perdón, busca el otro lado de la moneda, continúa tu incesante evolución, ve a los obstáculos como retos, no seas espectadora, florece tu lado positivo, desarrolla tu área proactiva, pide ayuda, aléjate de tu ego y soberbia, escucha a tu corazón, conoce tu fuerza interior, no jueges nunca el papel de víctima pero permite que te abracen cuando flaqueas, llora, ríe, vuelve a llorar... y cuando veas toda la gama de colores, sabores y cambios de ánimo que representas, y cuando tendida en tu cama veas todas esas herramientas, empácalas y vente conmigo al siguiente paso, que ya casi lo logramos.
Define tu súper misión
Listo mi súper heroína, ahora a comernos al mundo, tú como apasionada mamá, yo como apasionante escritora, ella como dedicada abuelita, otra como la amorosa defensora de los más necesitados, otra más como cantante inspiracional, y así... cada quién con su misión, su oficio, sus ganas, su obra maestra. La vida puede esperar lo que tú quieras pero ¿Tú podrías detenerte a la magia a la que fuiste invitada? Y aquí, como comerciante que te habla de unos prouctos para el cutis que te regeneran la piel, vendedor de enciclopedias o de un curso motivacional carísimo viene la parte "fea" del asunto:
EL PRECIO.
Y aquí es cuando a unas ya no les parece tan bonita la idea y dejan esa capa que ya se habían puesto muy monas, y desconsoladas al no creer que pueden con el paquete (falsamente) se sientan en la banca, compran palomitas y se preguntan ¿Por qué unas brillan y otras no? ¿Por qué ella es tan talentosa? ¿Por qué eso bueno no me pasa a mí?
Así que repito lo que dije al principio: Todas estamos en igualdad de circunstancias porque la invitación fue hecha para todas (Que conste). Y aunque esta es la parte que desanima, es la parte que nos manifiesta lo power woman que somos, porque implica quedarte en la oficina más horas, cambiar al chiquillo de pañal y ya no tener tiempo para ponerte rimel, llegar soltera a una boda y ver el vals y sentir nostalgia por postergar ese sueño por algo que estás haciendo, desvelos, despedirte con una sonrisa cuando se va tu hijo al kinder aunque tengas ganas de llorar, decirle con miedo a tu jefe que mereces un aumento, angustiarte, ver cómo a veces te pisan la capa, tener un miedo paralizante y aún así tener que moverte, recibir miradas de lástima porque no estás siendo lo que "los demás quieren", revivir tus momentos de dolor más profundos porque necesitas recuperar algo que dejaste ahí, tu valentía tal vez.... Aceptar los errores, creer en nosotros cuando nadie lo hace, levantar la mano, hablar más fuerte, sudar sangre, perder la fe, recuperarla, pensar que la misión no tiene sentido, volvérsela a dar, no poder permitirnos depositar nuestra felicidad en nadie y por eso a veces sentirnos profundamente solas, tener que tener las pilas de autoestima recargadas a toda hora, no alcanzar a comer, responsabilizarte de tus finanzas, lavarte tu ropa, experimentar con las entrañas lo que verdaderamente cuestan las cosas... creo que muchas saben de lo que estoy hablando.
Así que como vendedor de enciclopedias afuera de tu casa te pregunto si aún quieres ser una power woman conmigo. Y es aquí cuando volvemos a la pregunta inicial:
¿Qué hay en ellas que yo no tengo?
R= Un gran amor hacia su persona y hacia la vida que hace que les brote una pasión infinita, vivan la magia de su condición de mujer y estén dispuestas a pagar cualquier precio por experimentar como protagonistas la historia de su vida y conocer su libertad. Punto.
¿Ah verdad? Si esto de ser una power woman no cualquiera, pero nadie somos "cualquiera" anda, brillemos juntas.
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