Katy Perry siempre supo que sería una estrella
La estrella del pop comenzó su andadura en la industria del espectáculo cuando fue contactada por el productor Glen Ballard para grabar su primer disco en Los Ángeles, una prometedora incursión que posteriormente terminaría convirtiéndose en desengaño al ser rechazado su trabajo en el estudio de grabación. A pesar de que la artista fue advertida por sus amigos de que no albergara demasiadas ilusiones en la posibilidad de triunfar en el mundo de la música, Katy nunca se rindió y siempre estuvo segura de que acabaría cumpliendo su sueño.
"Al principio, cuando trabajaba con Glen, todo iba genial. Tuve mi primer coche, un Jetta negro, y pensaba que estaba a punto de convertirme en toda una estrella. Me acuerdo de que mi prima me dijo que yo debería estar muy agradecida por todo aquello, ya que en cualquier momento la oportunidad podría esfumarse. Pero yo pensaba que eso no podría pasarme a mí, porque yo era la elegida. Pero pasó", contó Katy a la edición británica de la revista OK!
Además de su frustrado disco con Ballard, la intérprete aceptó posteriormente otras dos ofertas que terminaron en fracaso estrepitoso, una tendencia que se revirtió finalmente cuando publicó el que sería su primer gran éxito: la canción 'I Kissed A Girl' que en 2008 la lanzó directamente al estrellato.
Sin embargo, las lecciones que aprendió en su duro camino hacia la fama en el período en que todavía no era una estrella han hecho mella en la perspectiva de vida que actualmente tiene la cantante. "No tenía dinero, ni coche, y casi no podía pagar mi alquiler. Tenía una idea muy simplificada de lo que significaba ser una estrella. Creo que necesitaba pasar por todo aquello para poder apreciar lo que tengo ahora. Solo lo mantengo en mente cuando las cosas van mal. Siempre hay un camino para hacer las cosas mejor", confesó la estadounidense.
RMV