Marta Guzmán y sus hijos comparten su Navidad con Quién.com
Llego al estudio de foto de Expansión para encontrarme con risas y gritos por doquier. Lo primero que aparece frente a mí es un pequeño rubio de enormes ojos azules con las manos extendidas como si fueran pinzas de cangrejo. "Te voy a pellizcar", me amenaza antes de empezar a perseguirme. Del otro lado del estudio, una niña peinada con una coleta de lado corre entre las luces del salón jugando a esconderse de nuestra cámara de Behind The Scenes. Marta Guzmán, su mamá, ya está dentro del camerino preparándose para unas fotos muy navideñas.
"El chiste es pasarla bien", me explica Martha sobre lo que para ella significan estas fechas. Viéndola reír al lado de sus hijos, Diego y Andrea, resulta fácil imaginarse que, como ella misma describe, la Navidad es una época en la que vuelve a ser niña. Para la conductora, Navidad equivale a alegría, a buenos momentos, nada de lágrimas, pleitos y reclamos. "A mí me gusta que sea divertido porque sí es una época en la que la gente se pone triste o que las familias aprovechan para pelearse y agarrar la mala copa. Tienes todo el año para reclamar lo que quieras, ¿para qué lo haces en un momento de pasarla a gusto y olvidarte de las cosas feas?"
"Abracen a su mamá", propone nuestra fotógrafa. Los niños se abalanzan sobre Marta, colgándosele del cuello y los brazos. Es imposible reprimir una sonrisa. "Andrea salió a mí", me cuenta sobre la niña en el suéter rosa que ha encontrado un aro de hula-hula y ahora no lo suelta por nada. "De repente pide cada cosa... 'Quiero un robot', '¿Pero cuál robot? Enséñamelo en la tele', 'No, un robot. No sé, un robot. Que camine, que hable...' pobre Santa se las ve complicadas." Marta Guzmán sabe perfecto de lo que está hablando, depués de todo, cuando era pequeña metía en la misma especie de aprietos a sus papás: "De repente decía, 'Quiero un chango de verdad', ¡y pobre Santa Claus! Y luego pedía una batería porque quería ser baterista. Me llevaban una de juguete y yo reclamaba, 'No, quiero una de verdad.'"
Cuando le pregunto sobre el mejor regalo que recibió una Navidad inmediatamente ríe. "Te voy a contar uno que te va a dar mucha risa", comienza su historia. "En casa de mi abuelita habían muchas figuritas de santos y entre ellas un San Martín de Porres. Y yo pensaba, '¡Qué bonito! ¡Está padrísimo!' Así que eso pedí...y me lo trajeron. Me preguntaban mis amigos, '¿Qué te trajeron?' y yo lo enseñaba, y ellos así como de 'Ay...que...padre.' Eso fue mi sensación, que me trajeran mi santito."
Diego no se queda tranquilo un sólo momento, cuando no está corriendo de la pared hacia la cámara y de regreso, está intentando pellizcar a cualquiera que se deje; pero eso sí, en el momento en el que la fotógrafa comienza a disparar, el pequeño mira hacia la cámara (o las luces) y posa como todo un profesional. Incluso cuando su hermana ya se ha cansado, Diego pide más fotos y se abraza de su mamá. A diferencia de Andrea, él siempre sabe lo que va a pedir de Navidad, en qué comercial de TV lo vio y dónde se puede comprar. Todo un alivio para Santa.
Curiosamente, Diego mantiene un extraño parecido con un actor que muchos recordamos de nuestra niñez. Tal vez sea por eso que su mamá le tiene un especial cariño a una película navideña en específico: "'Mi Pobre Angelito' me puede encantar. Además dicen que Diego se parece, pero ojalá que de grande no, porque Macaulay Culkin se puso muy extraño." Justo cuando Marta me está contando esto, Diego interrumpe para pedir que regañen a su hermana porque le acaba de pegar. Queda clarísimo, como Macaulay Culkin en 'Mi Pobre Angelito', Diego sería la pesadilla de cualquier ladrón.
Marta no ha parado de reír. Su dinámica con los niños se siente como una muy especial. Incluso cuando comenzamos a mostrarle algunas de las fotos que se tomaron, todo lo que puede decir es, "¡Ay, Diego!"
La Navidad ya se respira en el foro y nuestra familia modelo sabe perfectamente dónde la pasará. "Normalmente la pasamos con mis papás, si alguna de mis hermanas está en México, con mis hermanas, mis hijos, mi esposo. Y ya Año Nuevo lo festejamos con la familia de mi marido. Tratamos de hacer el bacalao, los romeritos. Y digo hacer, pero la verdad es que yo ayudo. Mi mamá cocina increíblemente bien. Somos sus ayudantes en la cocina." -¿Entonces no te avientas tú el pavo?, le pregunto. Inmediatamente estalla en carcajadas, "¿El pavo yo sola? ¡Auxlio!"
Los niños se quitan sus ropajes invernales y vuelven a los jeans con los que llegaron. Aunque cansado el photoshoot, están más emocionados que nunca, parece ser que su mamá se los va a llevar por helado sorpresa. ¿Qué más da? Después de todo, el propósito de Año Nuevo de Marta es volver a hacer ejercicio. Lleva todo el año utilizando una lesión en la espalda como pretexto para no hacerlo, pero ahora está decidida a retomarlo. Con cierta cautela me comenta, "Mi propósito es no hacer propósitos ¡porque nunca los cumplo!" Pero el ejercicio es uno que no va a dejar ir tan fácil.
Se despiden, no sin que antes Marta me platique su recuerdo favorito de una Navidad pasada: "Me acuerdo mucho de una tía -que ya no está- que llegó disfrazada de Santa Claus. Todo mundo nos dimos cuenta que era ella. Estábamos chiquitas pero no eramos tan tontas. Fue una cosa increíble." En el caso de Marta y su esposo, Santa tiene mucho trabajo por delante. Este año, Andrea pidió una mariposa al Polo Norte.
¡No te pierdas el resto de las fotos de esta navideña sesión con Marta Guzmán y sus hijos aquí!
Peinado: Oscar Huerta
Maquillaje: Luz María Espejel, Estee Lauder
Marth Guzmán: suéter, jeans y top de algodón de Rapsodia
Diego: suéteres y pantalón de pana de Benetton
Andrea: suéter, vestido y jeans de Benetton