Guillermo Arriaga: `Creo más en la sociedad que en los gobiernos´

Guillermo Arriaga está listo para convertirse en el "sensei" de muchos amantes de la escritura durante el taller que impartirá en el Tec de Monterrey los próximos 16 y 17 de noviembre.

El guionista de "Amores Perros", "21 gramos" y "Babel" explicó a través de una videoconferencia desde Los Ángeles todo lo que sus alumnos aprenderán en el curso de escritura cinematográfica que impartirá la siguiente semana en León.

"Este es un curso que he venido impartiendo en varios lugares del mundo: Nueva York, Los Ángeles, Londres, Sao Paulo, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Bogotá y la Ciudad de México. Lo que yo estoy tratando de hacer es enseñar todos los trucos y la metodología que he aprendido a lo largo de estos años".

Ante medios locales y nacionales reunidos en el restaurante El Mediterráneo, Arriaga animó a todos los que disfruten plasmar historias en una hoja a que tomen el curso para perfeccionar la técnica:

"Todos tenemos la posibilidad de contar historias, todos tenemos cosas importantes qué decir (...) Siempre hay historias que contar y de lo que trata el seminario es descubrir la mejor manera de explotar esas historias".

Y agregó: "En mi caso particular las vivencias son fundamentales, me la he pasado hablando de mi propia vida la mayor parte de las películas, sin hacer cosas biográficas. Son elementos que me sucedieron en la vida, que recupero como aislados, y luego los conecto con otros elementos aislados y con la imaginación los uno".

El ex director de la carrera de comunicación de la Universidad Iberoamericana Campus León explicó que no se necesita tener una vida tan intensa como la de él para crear historias:

"No todo mundo puede escribir de sus vivencias. Las dos fuentes fundamentales de la escritura son la vida propia o la vida de otros. Borges no tenía una vida muy de aventuras como la tenía Hemingway, las películas de Tarantino son películas que hacen referencias a otras películas, entones puede haber estos dos elementos de hablar de la vida propia o derivarlos de la vida de otros".

El ganador de la Palma de Oro de Cannes y nominado al Oscar adelantó que compartirá todos sus conocimientos con los estudiantes:

"El objetivo es que tú tengas herramientas para contar una historia lo mejor posible. Son reflexiones para contenido, pero también tengo varios trucos, tengo trucos para que un escritor se desbloquee en el concepto global o en una escena, cómo dialogar un personaje, cómo funciona lo que se llama ‘la puesta en escena', cómo manejar el lenguaje visual desde la página. Te enseño cómo se puede escribir una película como ད gramos', como ‘Fuego'".

En cuanto a sus facetas como director, productor y guionista, Arriaga indicó que el éxito de cada una depende de la dedicación que se le dé:

"Mi obligación es contar una historia lo mejor posible, ya sea que dirija o produzca. Lo que acabo de dirigir, que es un corto de horror, que nunca había escrito nada de horror, yo mismo pensé que lo mejor para la historia es que hubiera un accidente de automóvil, pasaron muchísimas cosas que a la hora de estar en la faceta de director dije ‘Cómo voy a aventar un carro por un cerro', eso es algo que tengo que resolver como director".

Respecto a la situación del País, Guillermo Arriaga consideró que confía en la sociedad civil:

"Mi veta anarquista me hace pensar más en la sociedad que en los Gobiernos. Nunca he tenido muchas expectativas sobre los Gobiernos, mi expectativa es sobre la sociedad civil (...) Creo que hay muchas formas de participar. La sociedad civil puede participar en la plaza como el movimiento 132, o se puede participar desde la trinchera en la que yo pertenezco, que es el crear obras que de alguna manera nos ayuden a definirnos como país".

Y por último consideró que a veces puede ser más útil un libro que una revolución armada:

"Yo no vengo de una familia religiosa. Para nosotros el pecado era la pobreza, y sigue siendo el pecado la pobreza, la miseria y la corrupción, esos eran los grandes pecados, no el sexo y esas cosas. Entonces García Márquez, que también tenía este mismo interés, descubrió que a veces un libro puede ser tan poderoso como ir a tomar una plaza".