La historia de amor de Carlos y Diana
La boda de Carlos y Diana fue sin duda la historia de amor que marcó a una generación. Pero a diferencia de los cuentos de hadas, ésta no acabó con un final feliz.
Después de su majestuoso enlace, dos hijos, revelaciones de infidelidad y un divorcio que los dañó a ellos en lo personal, tanto como a la monarquía británica, el relato de los Príncipes de Gales es el perfecto ejemplo de que dentro de los majestuosos palacios la vida no es tan feliz como la pintan.
Diana y el Príncipe
Lady Diana Spencer, hija de los Vizcondes de Althorp y quien nació un primero de julio de 1961, conoció a Carlos de Inglaterra cuando apenas era una adolescente. Trabajaba como asistente en el jardín de niños Young England en Knightsbridge. Se conocieron pues Carlos tenía un romance con la hermana mayor de Diana, Sarah, y aunque en ese momento no sucedió nada entre ellos, pronto su amistad se convirtió en algo más.
Así fue como los medios se fijaron por primera vez en la tímida Diana. Pronto comenzaron las especulaciones de una relación, y la casa real no tardó en dar la información oficial. El 24 de febrero de 1981, Carlos presentó a Diana como su prometida, entregándole el famoso anillo de zafiro y diamantes que años después el Príncipe Guillermo daría a su futura esposa.
A pesar de la alegría de la gente por la nueva pareja, siempre hubieron dudas de su compatibilidad. Para empezar, Carlos tenía 13 años más que Diana. Según la BBC, Carlos comentó a un amigo que no amaba a Diana, pero creía que podía llegar a hacerlo. Más adelante se sabría que el Príncipe dejó una relación inconclusa con Camilla Parker Bowles, misma que dañaría su matrimonio de forma irreparable.
La boda del siglo
Un soleado día de julio, precisamente el 29 del mes, del año 1984, Carlos y Diana se dieron el sí frente a cientos de personas, y millones más en televisión, en la Catedral de San Pablo, en Londres. Más de 600 mil personas siguieron a los novios en su recorrido desde el Palacio de Buckingham a la Catedral.
Con sólo 20 años, la joven ex maestra de kinder tenía un porte envidiable, el necesario para llevar un impresionante vestido de tafeta de seda estilo `merengue´ que robó todas las miradas alrededor del mundo. Tenía detalles bordados a mano, más de 10 mil perlas y costó alrededor de 9 mil libras esterlinas.
Diana se veía tranquila en la ceremonia. Sólo una vez mostró nervios: cuando dijo los nombres de Carlos en el orden incorrecto. De los votos matrimoniales tradicionales, la pareja decidió que Diana no diría que "obedecería" A Carlos, lo cual llamó la atención en su momento.
Su vida familiar
Diana se integró fácilmente a la vida cotidiana de la familia real: acompañaba a Carlos a los eventos, asistía a eventos en hospitales, guarderías, escuelas, en fin. Todo lo que una Princesa debe hacer. Pero a Diana no le costaba trabajo, al contrario, se veía contenta tratando con la gente, y eso era algo notorio. Pronto se convirtió en la "consentida" de los medios y también del pueblo.
El estilo de Diana de inmediato se volvió popular. Nunca antes había llamado la atención una `royal´ británica por su forma de vestir, pero a la Princesa de Gales se le dio de manera natural.
Menos de un año después de su matrimonio, el 21 de julio de 1982, llegó al mundo el primogénito de la pareja: Guillermo. Y en 1985, Diana y Carlos presentaron al mundo al pequeño Enrique. Alrededor de 1987, cuando el niño comenzó a ir al kinder, ya se sabía que la relación no iba del todo bien y la prensa se dio cuenta de inmediato. En un viaje a la India, Diana se sentó sola en el Taj Mahal. La melancólica imagen dio la vuelta al mundo.
Problemas en el paraíso
Pocos meses después, apareció la biografía de Andrew Morton "Diana: su verdadera historia", en la que amigos y gente cercana a la Princesa, y con su aprobación, hablaron de la verdad detrás de los rumores. En efecto, la relación de la pareja estaba sumamente deteriorada. Además, hablaba de la profunda infelicidad de Diana: su batalla con la bulimia, sus intentos de suicidio y hasta de los celos que tenía a Camilla Parker Bowles, con quien sospechaba Carlos tenía una relación.
Durante una visita a Corea del Sur, las imágenes no mentían. Carlos y Diana no podían estar uno junto al otro. En diciembre de 1992, la noticia era oficial: los Príncipes de Gales se separaban.
A pesar de no estar más con Carlos, Lady Diana continuó con su trabajo de caridad. En 2005 dio una inolvidable entrevista a la BBC donde habló de sus problemas alimenticios, de la mala relación que tenía con la familia real, y confesó haber sido infiel al Príncipe con James Hewitt, un oficial de la armada británica.
El divorcio se finalizó el 28 de agosto de 1996.
El trágico final
En 1997, Diana fue captada con Dodi Al Fayed, hijo del millonario empresario Mohamed Al Fayed. Las imágenes de la pareja asoleándose en un yate en el Mediterráneo hablaban por sí solas: Lady Di se veía realmente enamorada.
Después de su "escapada" romántica, Diana y Dodi fueron a París, lugar donde se sellaría el destino de la pareja. El 30 de agosto de 1997, después de cenar en el famoso hotel Ritz -donde Dodi recibió un misterioso paquete: un aniñño de más de 100 mil dólares que había encargado previamente-, la pareja salió a toda velocidad, seguida por los paparazzi, decididos a llevarse una valiosa fotografía de los enamorados.
El coche donde viajaban sufrió un aparatoso accidente que dejó sin vida a tres de los pasajeros, entre ellos Diana y Dodi. La noticia causó absoluto impacto alrededor del mundo. Miles recuerdan el aspecto desconsolado de Guillermo y Enrique tras la muerte de su madres, cuando eran tan sólo unos niños. Carlos los seguía, con la mirada perdida.