Ximena Navarrete: `No soy la ex Miss Universo´
La cita tuvo lugar en una suite del St. Regis; cuando Ximena entró en la habitación, lucía simplemente perfecta con el pelo suelto y un maquillaje discreto. Saludó a todos los presentes con una sonrisa amplia y honesta. Iniciamos nuestro encuentro con la sesión de fotos que ilustra estas páginas, el resultado habla por sí mismo. Al llegar el momento de la entrevista, sin importar el par de horas que ya había transcurrido, la tapatía mantuvo el ánimo arriba y la guardia baja y nos entregó pedacitos de su personalidad en cada respuesta.
¿Cómo te sientes después de entregar la corona de Miss Universo?
Estoy muy feliz de todo el trabajo que he realizado en el último año. La verdad, ha sido una experiencia enriquecedora, aprendí mucho y empecé a valorar muchas cosas. Han surgido oportunidades increíbles a partir de que gané Miss Universo, ser embajadora de L'Oréal es una de ellas; cuando me invitaron a participar fue un súper honor para mí, yo creo que no hay mejor marca que te pueda invitar a ser parte de su familia. Estoy muy, muy feliz de haber tenido la oportunidad de llevar el nombre de México a muchos lados.
Ximena es bella en modelos de diseñador, pero hubo un detalle que mantuvo en sus cambios de ropa: una cadena dorada de la que cuelga una pequeña letra equis, detalle sumamente personal.
¿Por qué usas esa cadena?
Es un regalo que me hicieron: cuando entregué la corona, regresé a Nueva York por una semana y media, entonces la gente que organiza Miss Universo me hizo una fiesta sorpresa y Paula Shugart, presidenta de la organización, me regaló este collar, es una equis, de Ximena. Me lo dio así, con una notita que decía: "Para la mejor Miss Universo que hemos tenido. Con mucho cariño, te vamos a extrañar".
¿Fue difícil ser Miss Universo?
No. La verdad es que no. Fue un gran cambio y fue difícil el momento de aceptar y asimilar todo lo que estaba pasando, pero me acostumbré bien rápido. Yo tuve una muy buena experiencia, hice relaciones de amistad y de mucho cariño con la gente del concurso, ellos también se convirtieron en mi familia.
¿Cuándo volviste a Guadalajara?
Hace un mes, bueno, como unas tres semanas. Me la he pasado aquí en la Ciudad de México, pero allá dejé todas mis cosas, mis maletas y todo lo que tuve que traer de Nueva York. Mejor ni me acostumbro, llego a mi cama, pero al día siguiente me tengo que ir.
¿Te consideras nómada?
Pues no sé. Uno se tiene que ir adaptando, al lugar al que llegas y a lo qué estás haciendo, a los cambios y a las diferentes situaciones, aunque mi casa siempre va a ser mi casa.
¿Qué planes tienes?
Ahora lo que pienso hacer es seguir como embajadora de L'Oréal, es algo que me ha abierto muchas puertas y muchos viajes, como el que hice a Cannes; yo creo que esa es una de mis principales metas, pero también se han ido presentando diferentes proyectos. Estoy viendo cuál es el que más me va a convenir, cuál es el que voy a tomar. Firmé un contrato con Trump Model Management, una agencia de modelos de Nueva York muy reconocida y muy importante; últimamente he estado trabajando con ellos. También estoy haciendo algunas cosas de conducción, no soy una experta en nada de eso, y si decido dedicarme a la actuación primero tomaría algunas clases para saber más, para tener herramientas. No soy de las que se avientan sin saber nada, yo creo que el que haya sido Miss Universo no significa que ya vaya a cantar o a actuar. Tengo experiencia en el modelaje y un poco en conducción, entonces es en eso en lo que, por ahora, puedo desempeñarme.
¿Cómo es ser ex Miss Universo?
Realmente no eres ex. Eres Miss Universo de tu año, es como si alguien estudiara algo y por no desempeñarlo se volviera ex arquitecto o ex abogado. El título siempre va a estar ahí, yo soy Miss Universo 2010. Uno se gana con tanto esfuerzo esto que el "ex" viene de sobra, cada año hay una Miss Universo distinta y a mí me gusta aclararlo: Yo soy Miss Universo 2010.
¿Cómo ves el futuro?
Siempre me ha gustado irme paso a paso. Yo creo que una persona cambia todo el tiempo y, por ello, siempre tiene aspiraciones nuevas. Creo que es bueno ir visualizando poco a poco, ir dejando todo en manos de Dios. Obviamente, uno debe trabajar, esforzarse, buscar las cosas, ir tomando las decisiones adecuadas y aprovechar las oportunidades. Me veo trabajando, como una mujer exitosa, como una mujer que sigue llevando el nombre de México en alto, en donde esté; me veo formando una familia, me gustaría mucho tener hijos, me encantan los bebés, también me veo trabajando en actividades sociales.
¿Qué disfrutas en un domingo?
No hacer nada. Simplemente estar acostada o convivir con mi familia o, de repente, irme al gimnasio, bueno, eso lo debo hacer aunque no tenga tiempo, pero tirarme al sol un domingo que no tengo nada qué hacer, eso es lo que yo disfruto. También de mi familia, somos mi hermana, mi papá, mi mamá y yo, y tengo muchos primos, tíos, a mis abuelas, con ellos estoy de repente los fines de semana que no tengo trabajo, que no estoy de viaje, con mi familia de los dos lados, de parte de mi papá y de la de mi mamá. Las familias han sido siempre muy unidas, de convivir los domingos, hacer comida familiar y todo ese tipo de cosas.
¿Cómo viven tus padres tu momento?
Pues yo creo que ya se acostumbraron. Fue un cambio muy significativo para ellos, pero ya se acostumbraron a vivir con eso. Me han apoyado mucho y también son parte de todo este logro. Finalmente, ellos tienen mucho que ver en que yo haya llegado hasta donde estoy, y creo que se deben sentir muy orgullosos como padres.
¿Cómo es la relación con tu hermana?
Mariana es más chica, tiene 20 años, y me llevo muy bien con ella. Ella es súper diferente a mí, totalmente distinta, a ella no le gusta esta onda. A veces la gente asocia y dice: "¿Y tu hermana también modela?" Y no. A ella no le gusta nada de esto, ella tiene otras cosas en la cabeza. Platicamos de todo, como típica relación de hermanas, me roba los zapatos, yo le robo la blusa. Hacemos de todo. Yo creo que con mi hermana vivo de todo, desde compartir una comida, dormir juntas o que me acompañe a algún viaje, de todo. Es una muy buena niña, yo la adoro.
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?
Que nunca olvide de dónde vengo y quién soy, que siempre tenga los pies bien puestos sobre la tierra y que nunca me olvide de mis raíces, de los que son importantes en mi vida a fin de cuentas. Siempre tengo presente algo que me dijo un amigo: "Nunca dudes de ti y así la gente no dudará de ti". Es algo que yo apliqué y que me sirvió para el concurso, aunque mucha gente dijera: "¿Cómo va a ganar una mexicana? Va a ganar la de Venezuela", o la de alguno de los países que siempre ganan. Yo creo en eso, si no dudas de ti, la gente nunca te verá como una persona insegura.
¿Eres una mujer de fe?
Sí, por supuesto.
¿En qué crees?
Yo creo en Dios. Soy una persona católica y de fe porque es lo que me han inculcado. Estudié en el Instituto Veracruz y, después, en el Cervantes Costa Rica, que es marista.
Siempre he sido una persona apegada a Dios. En esta vida, hay que tener fe para todo.
¿Cómo quieres que la gente piense de ti?
Como una mujer que trabaja. Mi propósito inicial cuando gané Miss Universo era probar que las mujeres mexicanas podemos desempeñar bien cualquier papel, cualquier actividad, y que podemos hacer bien las cosas, muchas veces la gente no tiene esa idea de los mexicanos. Eso quería demostrar: así es como a mí me gusta que la gente me vea, como alguien a quien le gusta hacer bien las cosas, que no es perfecta, que tiene sus errores, pero que intenta hacerlo bien.
Maquillista: Vicente Montoya para L'Oréal París.
Peinado: Édgar de Lucio para Studio Line de L'Oréal.