Sergio Pérez, se conduce al éxito
Sergio "Checo" Pérez consiguió llegar a la Fórmula 1 a los 21 años.
Una gran lista de triunfos en competiciones automovilísticas en Europa le permitieron finalmente llegar al máximo campeonato del mundo, y esa es una de las razones por las que la revista Quién lo ubicó entre Los 50 Personajes Que Mueven a México.
Desde pequeño, su pasión por las carreras era inevitable, pues desde que salía de clases se subía junto con sus hermanos, Paola y Toño a sus Go Karts donde pasaban tardes enteras llenas de adrenalina.
Terminando de jugar, regresaba a su casa a hacer tarea, no sin antes agradecerle a "Donas" su mecánico de confianza, mientras que su papá el ex piloto Antonio Pérez, trabajaba como agente del piloto Adrián Fernández, el máximo exponente del automovilismo mexicano en la década de los noventa.
Uno de sus pasatiempos, aparte de la velocidad, fue el futbol soccer, hobbie que incluso lo alejó del automovilismo, pues incluso alguna vez tuvo decidir entre terminar el campeonato de Go Karts o ir a un clásico Chivas-América.
Como prefirió el partido de soccer de sus Águilas, cuando apenas tenía 8 años, su padre, Antonio, le dijo que vendería su Go Kart, a lo que Sergio respondió: "Véndelo".
Pero Toño, su hermano, continuó su entrenamiento como piloto, ganando carreras dentro y fuera del país, y en una de ellas Checo fue a apoyarlo con su padre. Al ver a su hermano a toda velocidad, recordó lo que era estar al volante, sentir las curvas y llegar a la meta, así que terminando la carrera le dijo a su padre: "Quiero volver".
"Está bien Checo, pero si quieres hacerlo tendrás que dar tu 200 por ciento", le respondió Don Antonio. Y Sergio respondió con hechos, entrenando duro, desafiando a las pistas con triunfos que lo llevaron a competir en otros países batiendo records.
Por ello, Carlos Slim Domit puso sus ojos en él y lo integró a la Escudería Telmex. Así que el valiente niño se despidió de su mamá y su hermana en la puerta de su casa para irse por la carretara a Toluca con Toño y su papá en un viaje que siempre recordarán como largo y triste.
Ya en Europa, en un modesto departamento arriba de un restaurante donde a manudo disfrutaba un pedazo de pastel de chocolate vivía el joven Checo, quien ganando la mayoría de sus carreras soltaba el volante para enseguida sujetarse por horas al teléfono para hablar con su familia.
Pero la determinación que mostraba día a día, aunada al apoyo constante de su familia y a la carta de su hermano Toño que a Checo le gustaba tener en su cartera, fueron las herramientas que lo impulsaron a terminar su segundo año en Alemania como el piloto más joven en ganar en la Fórmula BMW.
Los éxitos continuaron, y ya en la GP2, antesala de la Fórmula 1, siguió dando muestras de éxito, incluido un triunfo histórico en la legendaria pista de Mónaco, por lo que los ojos del mundo automovilístico voltearon hacia él.
"Fue la primera vez que fuimos todos juntos, la sensación de ese escenario fue indescriptible", comentó emocionada Paola su hermana en una entrevista en exclusiva para Quién.
"Pero lo más impactante fue cuando cruzó la meta, dio la última vuelta y no se quitaba el casco, cuando lo hizo nos dimos cuenta que no paraba de llorar, sabía que lo estábamos viendo y enseguida recibió el trofeo en manos de la Reina Carlota y el Príncipe Alberto, y después de una cena con la realeza a la que Checo llegó con mi papá montados en una moto con unos trajes que compraron unas horas después de la carrera, supimos que ese triunfo lo pondría en la mira del siguiente paso", añadió.
Meses después, la Escudería Telmex y el equipo Sauber anunciaron que Sergio correría en Fórmula 1. "Mi deseo es poner a México en lo más alto en este deporte, es un gran reto, pero creo que con la experiencia que hemos ido acumulando en los últimos años me siento bastante capaz de poder hacer un buen papel y ahora sólo queda esperar y ponernos a trabajar".
A "Checo" le ha ido tan bien, que ya incluso es candidato para en un mediano plazo unirse a la legendaria escudería Ferrari.