Ricky Martin abogó por la igualdad en el Auditorio
Ricky Martin pidió ayer a sus seguidores que sean promotores de la igualdad.
"El mensaje de esta gira es de amor, pero sobre todo de igualdad: todos somos iguales", dijo el cantante, quien el año pasado reconoció públicamente que es homosexual.
Ricky, quien admitió sus preferencias a través de una carta en marzo de 2010, deleitó a los asistentes durante 94 minutos en el Auditorio Nacional, llevando incesantemente a su público de la diversión y la fiesta a la reflexión.
“Definitivamente tenía que volver a esta maravillosa ciudad, es mi segundo hogar”, dijo el boricua al saludar a la audiencia, que había abarrotado las 10 mil entradas del recinto. Luego pidió: "no tengas miedo DF".
Ricky abrió el concierto a las 20:32 horas. Enfundado en una chamarra de cuero negra cantó “Será, será” de su más reciente disco Música + Alma + Sexo.
Luego cantó “Dime que me quieres”, provocando que el público se pusiera de pie y no volviera a sentarse en lo que restó del espectáculo.
El artista, que el próximo mes cumple 40 años, complació al público que lo vio nacer como solista cantando un popurrí de sus éxitos, interpretó el crossover: “Fuego contra fuego” y “Vuelve”.
Entre las canciones aparecieron un par de videos en las pantallas gigantes: El primero sobre uno de sus bailarines, quien confesó que la palabra “maricón” le hizo mucho daño cuando iba a la escuela, “Soy gay y soy feliz. Sé tú mismo”, termina el video.
El otro video fue sobre su guitarrista, de piel negra, quien narró cómo en una ocasión un policía lo detuvo sin motivo legal alguno, sólo por el color de su tez.
Ricky Martin hizo pensar al público y pidió que todos sean promotores de la paz y la no-discriminación.
Esta es la primera vez que el cantante se presenta en vivo en la Ciudad de México luego de su "destape" el año pasado.
La ciudad lo recibió diferente también: aquí se aprobaron las bodas del mismo sexo el año pasado.
Tras la reflexión, volvió la fiesta: portando un saco y un chaleco blancos y acompañado de trompetas y trombón, el artista cantó en inglés ”Living la vida loca”, “She Bangs” y “Shake your Bon-Bon”. Él jugó en el escenario a ser un Don Juan y coqueteó con cuatro bailarinas.
Hasta ese momento hubo mucha Música y Alma, pero poco Sexo en el show que da nombre a su gira. Con el tema “Frío” de su reciente disco, las escenas comenzaron a subir de tono y las bailarinas aparecieron sobre el escenario con látigos y ligueros negros.
Luego vino “I am” de su disco Life, donde los cuatro bailarines y las cuatro bailarinas junto con el propio Martin se pusieron antifaces negros, para simular una fiesta estilo “Eyes Wide Shut” de Stanley Kubrick.
Pero realmente lo que arrancó más gritos fueron las caderas de Ricky Martin: que se contonearon al ritmo caribeño de “La Bomba”, “Más” y “Por arriba, por abajo”, la gente lo imitó y bailó tal como él quiso que todos bailaran. El arista se muestró divertido y su público, entregado.
Sus dotes de “showman” estuvieron presentes a cada instante. El baile lo hizo sudar y se secó con una toalla que luego arrojó al público. Resultado: batalla campal en las gradas por ver quién se quedaba con el inesperado regalo.
Martin es un “entertainer” y aprovechó cada gesto para ganarse y complacer al público, tal y como hizo el domingo pasado durante la clausura de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.
A las 22:00 horas en punto acaba el show y la gente pidió “otra-otra-otra”. Ricky Martin vuelvió al escenario para cantar y despedirse con “Lo mejor de mi vida eres tú”.
La gira MAS (Música + Alma + Sexo) está llegando casi a su final. Todavía le quedan algunos conciertos al tour y este viernes estará en Monterrey, antes de presentarse el día 12 de noviembre en su natal San Juan, su primer hogar... antes de México.