Marcelo Ebrard, muy cerca de Calderón, Slim y el Cardenal Rivera
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal y aspirante presidencial, Marcelo Ebrard, compartió ayer el protagonismo de la inauguración de la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe, proyecto impulsado por el empresario Carlos Slim.
En el evento, encabezado por el Presidente Felipe Calderón, Ebrard incluso abrazó al Cardenal Norberto Rivera Carrera.
El cardenal, quien aperturó la ceremonia, sorprendió con su introducción al mencionar al político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador el cual, recordó, en su calidad de jefe de gobierno del Distrito Federal hace 10 años tuvo la sensibilidad de donar el predio para la construcción de la Plaza Mariana.
Esa donación del terreno, abundó, perteneciente al gobierno de la ciudad fue el punto desencadenante, el que permitió la inauguración de la Plaza Mariana, de la reordenación entre el comercio informal con la construcción de un nuevo mercado público y el cambio de imagen en todos los alrededores.
También agradeció al empresario Carlos Slim: "Revivió el proyecto de la Plaza Mariana tomándolo en sus manos, gracias por haber donado esta obra al pueblo de México", indicó.
Al tomar la palabra Slim Helú describió algunas de las características de esta obra financiada por él (700 millones de pesos) que requirió el trabajo de dos mil personas durante 16 meses para levantar los 67 mil metros cuadrados de construcción de que consta la plaza.
En el orden de oradores siguió el jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, a quién le tocó dar los permisos y facilidades para concluir esta obra iniciada por su antecesor, destacó el tiempo récord en el que se concluyó y lo atribuyó indirectamente a la influencia del cardenal.
“Estoy pensando en invitar al cardenal para que nos ayude a la Supervía de segundos pisos y demás, para que se apuren”, comentario que levantó risas entre la audiencia conformada por funcionarios de los gobiernos federal y capitalino, empresarios y sus esposas, y acompañantes de los hombres ensotanados de la jerarquía católica.
Ebrard no estuvo entre el selecto grupo de funcionarios y representantes de la Iglesia católica que recibieron al Ejecutivo federal a su arribo, pero al encontrarse ambos mandatarios en el presidium el saludo inició por el gobernador del Distrito Federal quien externó un correcto “señor presidente”.
El orador final fue el Presidente de la República, Felipe Calderón, quien defendió la plena y absoluta libertad de creencia que existe en México como una conquista fundamental que no tiene vuelta atrás en el país.
También amparó abiertamente su fe católica y su devoción a la Virgen de Guadalupe, a la cual relató, su esposa Margarita Zavala visita cada 12 de diciembre a la Basílica de Guadalupe justo en los días en que más fieles visitan el santuario al contabilizarse hasta nueve millones en los días cercanos a esa fecha.
“No sé cómo le hace porque no es difícil imaginar las dificultades para llegar a la Basílica esos días, pero ella viene”, dijo el presidente, cuyo comentario también hizo sonreir a los asistentes.