Los ángeles de Kate del Castillo
Sí. Lo extraña. Pero Kate del Castillo Negrete Trillo no tiene pensado volver a México. Ya está por cumplirse una década desde que dijo adiós al país que le cortó el cordón umbilical hace 38 años para ir detrás de su sueño: convertirse en Una estrella más... pero de Hollywood. Y ahí va. Montada en sus tacones Yves Saint Laurent y con su bolso Prada bajo el brazo -sus accesorios favoritos. La actriz que participó en Muchachitas (1991), entre otras telenovelas, ha tocado las puertas de distintas productoras cinematográficas y el sonido de su puño ha tenido repercusiones: American Visa y Bordertown (2005), así como La misma Luna (2007) y Julia (2008), por mencionar algunas.
Sin embargo, el papel de Teresa Mendoza en la telenovela La Reina del Sur, recientemente transmitida por Telemundo, no sólo le ha dejado claro al público del continente americano que Kate del Castillo es una mujer que nació para actuar, sino que incluso ha levantado la ceja de los españoles por su extraordinaria interpretación del personaje de la novela de Arturo Pérez Reverte.
Una vida tranquila
Contrario a lo que pareciera, fuera de los reflectores Kate es una californiana muy hogareña. En su casa, cerca del Getty Center, tiene su oficina; así que, a no ser que esté grabando, no necesita andar por las calles angelinas para atender sus asuntos de trabajo. ‘‘Me encanta estar en mi casa, aquí estoy súper a gusto, además tengo una vista preciosa'', asegura durante la entrevista, con esa dicción perfecta que tiene al hablar.
En un día cualquiera, la actriz que reparte sus 55 kilos en 1 metro con 65 centímetros, se divide en dos: la mañana es para ella y la tarde para su trabajo . Así que por ahí de las 8 A.M le dice adiós a la cama, se enfunda en ropa deportiva, se amarra una cola de caballo y sale a hacer ejercicio. De regreso a su casa, previo baño con agua más fría que tibia para reafirmar los músculos, esta mujer con cara de ángel y cuerpo de demonio prepara sul desayuno. ‘‘La verdad es que no soy muy buena cocinera. Los desayunos me salen bien".
En territorio californiano los proyectos han llegado uno tras otro, tanto en cine como en televisión, así que cuando se da un respiro se tumba a leer, a ver películas en su casa o a jugar con quien dice es como su hija, Lola: una cariñosa doberman pinscher miniatura. Pero también hay tiempo para los amigos. En los nueve años que lleva viviendo en Los Ángeles, ha conformado un grupo que en su mayoría es de mexicanos. ‘‘Lo que más me gusta es que ninguno de ellos se dedica a lo mismo que yo, eso para mí es muy padre porque los actores a veces somos muy intensos y no hablamos de otra cosa que no sea nuestro trabajo. Entonces, veo a mis amigas que no tienen que ver nada con esto y me la paso mejor''.
Entre los integrantes del círculo social, con los que organiza reuniones en casa o salen a cenar, se encuentra su vecina Carla González Vargas, hija de la consultora de imagen Gaby Vargas, y su esposo Pablo González; Ana Carrillo con su novio Federico Alamán, entre otras personas que ella conocía desde México y se reencontró en Estados Unidos. A la pregunta de si es amiga de Salma Hayek ella responde: ‘‘Nunca me llevé tanto con ella en México. En algú momento, cuando me vine a estudiar acá, antes de mudarme, tuve contacto con ella, nos llevábamos un poco, también con Adriana Abascal, éramos ahí un grupito, luego dejamos de vernos pero realmente Salma y yo nunca tuvimos así una gran amistad''.
El cuerpo de una reina
Kate siempre ha sido deportista pero durante la grabación de La Reina del Sur tuvo un entrenador personal en un gimnasio de Bogotá, donde diario hacía un circuito de una hora que incluía boxeo, corredora, ligas, pelotas, pesas, saltos y, sobre todo, abdominales. La dieta también es básica. Antes de ir al gimnasio toma un vaso de leche light con un poco de proteína, una manzana y unas almendras. En el desayuno come un tazón mediano de yogurt con cero grasa acompañado con berries. A veces, para variarle, un par de huevos poché con pan integral. Para la comida: ensalada grande o un pescado blanco a la plancha; a la hora de la cena elige una sopa de verduras o pollo y eso sí, por ningún motivo come carbohidratos después de las seis.
La señora Díaz
(La entrevista que dio Kate a la revista InStyle para su portada de julio y que aquí reproducimos fue cuando aún estaba casada con Aarón Díaz, de quien anunció su separación durante el mismo mes de la portada ).
Ella no sale de la cama sin antes darle un beso de los buenos días a su marido. ‘‘Él es un flojito que duerme como un bebé'', comenta en un tono de broma la mujer que Aarón Díaz llevó al altar en septiembre de 2009. Desde entonces su vida no ha cambiado en nada. ‘‘Esa onda de casarnos y de firmar papeles uno lo hace poco más por la sociedad que por otra cosa. Yo lo sigo adorando como cuando éramos novios y cada uno sigue teniendo su agenda de trabajo, muy independiente a la del otro''.
Pocas veces coincide que no tengan un proyecto al mismo tiempo, así que la pareja apuesta más a la calidad que a la cantidad de tiempo.
Cuando están juntos se van al cine o al teatro, pero también se dan sus propios espacios dentro de su casa. ‘‘Muchas veces ni nos hablamos y es que en ciertos momentos son necesarios esos silencios. Sabemos que los dos estamos aquí sin tener que estar encima del otro''.
Cuando conoció a Aarón, ella ya había cambiado su código postal a Los Ángeles, con el propósito de impulsar su carrera. Así que no estaba a discusión. Si la joven promesa de Televisa quería compartir el resto de su vida con la hija del actor Erick del Castillo, tenía que planear cómo apoyar a su mujer para alcanzar su sueño, y al mismo tiempo ir tras el suyo. No le costó mucho trabajo: Aarón creció en Palo Alto, California, ya que su mamá es norteamericana, así que él estaba muy familiarizado con la vida californiana y desde luego también buscaba hacerse brecha en territorio yanqui, pero debido a que todavía tiene más trabajo en México que su esposa, él está yendo y viniendo constantemente.
‘‘No somos tan ridículos'', contesta tajante a la pregunta de si tienen algún apodo con el que se llamen el uno al otro. ‘‘Si acaso nos decimos amor y ya, pero nada cursi''. Kate no es una mujer atípica sólo con su pareja, no tiene empacho en asegurar que la moda tampoco es su fuerte y no se considera una mujer fashionista. ‘‘A mí me gusta lo cómodo. Para cuando debo ir a un evento arreglada tengo gente que me viste''. Esta es una de las muchas similitudes que tiene con el personaje de La Reina del Sur, una mujer nada preocupada en el tema pero a quien su amiga Patricia O'Farrel (la actriz española Cristina Urgel) le enseña el mundo de las grandes marcas y diseñadores.
De todo el tsunami de cosas buenas que le dejó La Reina del Sur se encuentra el guardarropa de Teresa Mendoza como poderosa líder de un cartel. La producción le heredó todo el vestuario de su personaje y donde se encontraban vestidos de Gucci y Chanel.
‘‘Como no me gusta ir de shopping porque me choca probarme las cosas, ya sé cuáles marcas le quedan bien a mi cuerpo; nunca fallan, siempre me hacen ver bien, por eso son lo que son''.
A diferencia de Kate, su esposo, quien es nueve años más joven que ella, tiene un metabolismo que le permite comer cual ‘‘pelón de hospicio'' sin que tenga que pagar la factura con el sobrepeso. Ese abdomen de lavadero lo tiene casi tatuado porque, aunque va al gimnasio, sólo lo hace dos veces a la semana y es que de no ser así se pondría más delgado. ‘‘Bendito sea él, tiene una genética que me da envidia''.
Aunque todo apunta a que es una fiel integrante del club de las cougars, Kate del Castillo se defiende: ‘‘Yo no lo quise así. Para nada andaba por la vida buscando a alguien menor, simplemente se dieron las cosas. Creo que parte de eso depende de que yo venía de relaciones muy intensas y de pronto llega a mi vida alguien alivianado, que no tiene rollos, que es muy jovial en todos los sentidos, que es súper activo y eso me encanta, fue lo ideal''. A dos meses de cumplir su segundo año de casados, la pareja no ha planeado nada para festejar su aniversario. No es que no tengan ganas. Lo que sucede es que a este par de guapos, que comparte su afición por las motocicletas, le da por celebrar el tiempo que llevan juntos más que el de casados.
‘‘Hay gente que está hecha para tener hijos inmediatamente después de casarse y hay otras que no'', confiesa la mexicana que está a poco tiempo de engrosar las filas de mujeres que llegan espectaculares a las cuatro décadas, y que el tema de los hijos no es algo que las haya mandado al psicólogo. ‘‘No por ser mujer forzosamente tiene una que ser madre. A mí, hasta ahora, no es algo que me haya llamado la atención así que hoy por hoy no sé si voy a ser mamá o no''.
A pesar de que extraña mucho, Kate ya tiene muy asumido que su futuro está en Estados Unidos; que aunque en México está su familia y sus mejores recuerdos, en California es donde construye su mayor patrimonio; y a pesar de que su esposo sigue teniendo más trabajo en México, él está dispuesto a todo para apoyar a su mujer en el más importante de sus proyectos, como su carrera.