Cantinflas, sus amores y escándalos
La película sobre cómo Mario Moreno "Cantinflas" llegó a ser el cómico más famoso, se estrena este fin de semana. Aquí te contamos sobre su vida amorosa.
Notas relacionadas:
Valita, el amor de su vida
En sus películas, Cantinflas se relacionó con muchas y muy guapas mujeres, pero en la vida real, Mario Moreno tuvo un solo gran amor: su única esposa, la bailarina Valentina Ivanova, nacida en Moscú. Valentina había emigrado a México con su madre y sus hermanas Olga y Tamara. Cantinflas la conoció cuando era un joven actor que trabajaba en la Carpa-Teatro Valentina, a principios de los años 30. Mario y "Valita" se casaron en 1934 y su matrimonio duró hasta la muerte de ella, en 1966, víctima de cáncer. Su muerte, que sucedió cuando su hijo Mario Arturo era un niño pequeño, devastó al cómico.
¿Otros amores?
La imagen de esposo fiel de Mario fue cuestionada en algunas ocasiones, como cuando filmó ¡A volar joven!, en 1947. Su coprotagonista fue la guapísima actriz checa-mexicana Miroslava Stern, quien, se dice, estuvo locamente enamorada del cómico. También se sugiere la posibilidad de que Mario Arturo, el hijo que el matrimonio adoptó en 1960 -oficialmente de padre desconocido-, haya sido en realidad procreado por Mario con la estadounidense Marion Roberts, a quien le habría "comprado" el bebé a cambio de 10 mil dólares para criarlo junto a su esposa. La pareja afrontó un gran escándalo cuando Marion se suicidó en un hotel de la Ciudad de México, poco después de haber entregado a su hijo.
Parejas de película
Otras guapas con las que el mimo compartió escena, aunque sin rumores románticos de por medio, fueron Isela Vega (Por mis pistolas, 1962) y Christianne Martell (Abajo el telón, 1955).
Otra oportunidad al amor
Unos años después de la muerte de su esposa, Mario se relacionó con otra rubia, la actriz española Irán Eory. Después de una tormentosa relación, contaminada por los celos de su hijo Mario Arturo, Irán decidió dedicarse a su carrera y terminó el noviazgo.
La oportunista
Ya en los últimos años de vida de Mario llegó el último escándalo amoroso, de lo más inverosímil. Una texana llamada Joyce Jett, quien trabajaba para el actor en Estados Unidos, se aprovechó de una ley estadounidense que califica de matrimonio legal a cualquier pareja que se muestre en público. Aunque Mario siempre aseguró que su ex amiga lo había traicionado y nunca había tenido nada que ver con ella, se vio obligado a darle buena parte de su fortuna.