Mónaco sigue de fiesta
Esta noche se celebrará la fiesta para los más de 800 invitados a la boda en Mónaco, del Príncipe Alberto II, y la ex nadadora olímpica sudafricana
, en donde una gran parte de los asistentes se alojan en el lujoso "Hotel de París" del Principado, de dos kilómetros cuadrados y 30 mil habitantes. El evento se llevará a cabo en la Ópera Garnier.
El menú de la cena fue preparado por el célebre chef francés Alain Ducasse, considerado uno de los más prestigiados del mundo.
El gobierno del Principado de Mónaco aprobó para sufragar el coste del enlace un presupuesto de cuatro millones de euros, aproximadamente 5.75 millones de dólares. Además, varias firmas y el propio palacio de Mónaco aportaron cantidades económicas que no fueron relevadas.
La pareja real se casó el día de ayer en una ceremonia civil ante un pequeño grupo de personas, alrededor de 90, todos cercanos a los novios, además de algunas personalidades.
Durante el acto legal, que fue encabezado por el presidente del Consejo de Estado monegasco, Philippe Narmino, Charlene Wittstock dio el "sí" al príncipe Alberto, y oficialmente pasó a ser princesa.
"Usted se casa con un príncipe, pero también con un país", declaró el maestro de ceremonia durante un breve discurso.
La boda del dirigente monegasco es la primera que se celebra en Mónaco desde el enlace entre sus padres, ya fallecidos, Rainiero de Mónaco y la actriz estadunidense Grace Kelly, que se casaron en 1956, pero en la catedral de Mónaco.
El matrimonio ha estado rodeado de polémica luego de la publicación, esta semana, de una información por parte del semanario francés "L'express', según la cual la joven sudafricana habría planeado cancelar la boda, lo cual fue desmentido de manera oficial.