Miguel Ángel Mancera: un procurador muy sensible
Un fallido operativo para detectar drogas en la discoteca News Divine concluyó con la muerte de 12 personas, la mayoría jóvenes.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal responsabilizó -entre otros- al procurador capitalino Rodolfo Félix Cárdenas de los hechos ocurridos el 20 de junio de 2008.
Este dictamen llevó al jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, a relevar del puesto a Félix Cárdenas. Su lugar fue ocupado por Miguel Ángel Mancera, en aquel año subprocurador de Procesos.
"Me llamó a su oficina y me dijo que si yo estaba dispuesto a asumir el cargo. Dije que sí. A mí me gustan los retos, pero sí piensas en lo que se viene con la familia", recuerda Mancera.
Casi tres años después del nombramiento, Miguel Ángel es uno de los hombres más cercanos a Ebrard Casaubon, tanto, que su figura ya suena como un Plan B en caso de que Mario Delgado (secretario de Educación del DF) no garantice que el PRD conserve la capital del país en 2012.
El procurador aparece lo mismo negociando la liberación de rehenes, que atendiendo desmanes del sindicato de electricistas.
Más de uno se ha preguntado si no sería Manuel Mondragón, el secretario de Seguridad Pública de la capital quien debería dar la cara en estos asuntos.
Pero no. En las conferencias de prensa, las entrevistas y las fotos en los periódicos la imagen que aparece es la de Mancera.
AGUANTA VARA
El cuerpo de una joven yacía en el fondo de una mina de arena, por el rumbo de Iztapalapa. La posición de sus brazos y piernas evidenciaba su intento de escalar las blandas paredes para salir de ahí. Había terror en el rostro ya sin vida.
Miguel Ángel, con poco más de 20 años, acudió al levantamiento de este cadáver cuando realizaba su servicio social en el Servicio Médico Forense. El estudiante de derecho soportó estas escenas y el olor de la morgue se asemejaba "a una gran concentración de basura".
Aguantó porque es intenso, tanto, que hoy es prácticamente el único procurador que atiende personalmente un intento de linchamiento en Milpa Alta o la liberación de personas retenidas en una casa de empeño en la delegación Gustavo A. Madero.
En sus ratos libres, practica una de sus grandes pasiones: el tiro. Cuando llegan armas nuevas se reúne a probarlas con sus amigos dedicados a labores de seguridad en otros gobiernos.
Es capaz de derribar una moneda de cinco pesos con un R-15 a 30 metros de distancia. "Tengo muy buena puntería con arma larga", asegura el funcionario.
Entre sus secretos está su gusto por volar avionetas. De hecho, la primera vez que despegó sólo había volado en un simulador de Microsoft.
El abogado es intenso pero habla más bien bajito. Se apoya de las manos para decir lo que el sonido no transmite. Además es un GPS andando. No hay colonia, atajo, vía rápida que no conozca. "Me dicen que parezco taxista", comenta con mucha seguridad.
Su carácter de procurador no le impide reconocer que llora cuando se le juntan "cargas emocionales" y que su destreza al manejar un R-15 no se compara con una inimaginable habilidad: "Suena mal que yo lo diga, pero soy muy bueno cambiando pañales. En restaurantes, con cambiador, sin cambiador, soy extremadamente rápido".
Mancera responde lo mismo sobre su presunto romance con Alejandra Barrales que revela que tiene una hija a quien no ve por decisión de su madre. No elude preguntas, salvo una: ¿Le gustaría ser jefe de Gobierno?
DE LA CAZA A LA CASA
Miguel Ángel nació en una familia acomodada, porque como bien dice: "Nos acomodábamos donde podíamos". Durante su niñez, las armas de los disfraces de cowboy y policía rivalizaban con los instrumentos médicos del maletín de doctor Mi Alegría.
Al final, Papá Pancho, su abuelo, inclinaría la balanza a favor de las armas. "Él vivía en Jiquilpan, Michoacán. Nos llevaba a cazar huilotas. Salíamos a las cinco de la mañana y regresábamos al filo de la una de la tarde. Era muy cansado, llegaba el momento en que decías: ya estuvo bueno de tanta huilota", recuerda.
En su juventud, Miguel pasó de la caza a la casa cuando a principios de los 90 consiguió que una joven llamada Martha le diera el sí. Se casaron pero la relación no funcionó y el matrimonio concluyó al poco tiempo.
A mediados de dicha década, el abogado contrajo segundas nupcias con Magnolia, la madre de sus pequeños Leo y Miguel.
En la historia de este personaje de la justicia también hay una pequeña a quien no ve por decisión de su mamá: "Tuve otra relación, tuve una niña y esa relación se mantiene en un esquema absolutamente fuera de todo lo que tiene que ver con mi contexto de vida. Mi convivencia es enfocada a mis niños", explica.
DISNEYLANDIA DE ALTO RIESGO
El procurador es niñero. Las fotos de sus hijos adornan su casa. Presume lo bien educados que están y el papel de la figura materna en ello. "Si hubiera que escoger una madre, la que tienen es la mejor. Yo siempre he admirado mucho a su mamá, porque es una mujer sumamente apegada a sus hijos", asegura.
Miguel, de siete años, es fanático del futbol. Como su papá, le va a Los Pumas y se sabe los jugadores con sus posiciones. Leo, de cuatro años, es fanático de los aviones, los coches y los juegos al aire libre: "Tenemos que ir al parque. La gente nos ve raro. Yo creo que piensa ‘qué anda haciendo éste en el parque'", narra Mancera.
Y quien piense que el funcionario no se ha parado por algunas de las diversiones gratuitas que ofrece el Gobierno del Distrito Federal está equivocado.
"He ido con mis hijos a la pista de hielo del Zócalo. Uno de los reclamos más importantes de Leo es que quiere hacer muñecos de nieve todos los fines de semana, justamente porque en diciembre pasado pusieron un área para hacerlos. Ya le expliqué que es sólo una vez al año", comenta.
Pero el reto número uno del procurador como papá han sido las maratónicas jornadas en Disneylandia, a donde acude fuertemente armado con tenis, pañalera, carreola y bloqueador. "Es terriblemente cansado", reconoce Miguel Ángel.
Más fácil le resulta cambiar un pañal: "Antes de mi segundo divorcio, todos los días a las 5:10 de la mañana, me levantaba, dejaba calentando la mamila, cambiaba el pañal de Leo, bajaba por la mamila, se la daba y lo dejaba anestesiado".
Acto seguido, el procurador coloca la mano en forma de cuenco para mostrar la manera en que se debe pegarle a los bebés en la espalda para hacerlos repetir.
"Con este golpe, la transmisión de la vibración es más efectiva. A veces salen sonidos que no los crees, parece que está repitiendo un compadre", explica.
Su gusto por la aviación lo comparte con sus hijos Miguel y Leo. Con ellos ha tripulado helicópteros Black Hawks de la Policía Federal, pero no los subiría a un avión piloteado por él... "Capaz que se enoja su mamá. Pa' qué", asegura en medio de risas.
SAN MIGUEL ARCÁNGEL: TOCAYO Y PROYECTOR
A Miguel Mancera le gustan los retos. Por ello, en 2001 se unió a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, donde dirigió granaderos, se volvió especialista en desalojos e incursionó en operativos de narcomenudeo y supervisiones nocturnas.
Tres años después, fue director jurídico de la Secretaría de Desarrollo Social del DF, encabezada en ese entonces por Ebrard, pero se aburrió. Lo mismo ocurrió en su paso por el Consejo de la Judicatura.
Así, decidió integrarse a la Procuraduría capitalina, donde le tocó el mal planteado operativo en la discoteca News Divine.
"En ese entonces yo era subprocurador de procesos. Tengo la costumbre de tener un radio de comunicaciones en mi oficina. Empecé a escucharlo, se sentía tensión en las voces", recuerda el funcionario.
Hoy, la jornada de Mancera comienza a las seis de la mañana, con dos horas de ejercicio. A lo largo de la semana, corre, hace spinning y practica levantamiento de pesas.
"Tócale", pide al tiempo que muestra orgulloso los callos ocasionados por levantar peso.
El cargo también le ha acarreado amenazas vía cartas, llamadas, y correos electrónicos. Pero el procurador aclara que tiene una arma secreta para hacerles frente. "Creo en Dios y en que alguien me protege", confiesa al tiempo que extrae de su cartera una imagen de San Miguel Arcángel, blandiendo su espada sobre el demonio.
"Protégenos en la lucha", dice la oración escrita al reverso de la imagen.
EL AMOR DE LA BARRALES
La vida, de por sí difícil, se complica más cuando se ejerce el cargo de procurador. Hasta tener novia es un problema.
"En esta profesión es imposible. No puedes ir al cine, tienes escoltas y vehículo blindado. Las mujeres difícilmente aguantan una cosa así", confiesa.
Pero Miguel se ha dado su tiempo, por ejemplo, con Alejandra Barrales, presidenta de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y ex titular del sindicato de sobrecargos. "Tuve una relación cercana que ya concluyó. Ahora tenemos una relación de amistad", explica.
Hoy el abogado no tiene novia, "pero sí un afecto particular", cuyo nombre prefiere mantener en secreto.
Sobre otros de sus amores, la política y su posibilidad de aspirar a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Mancera concluye: "No es que eluda la pregunta, pero esto es absorbente. No podría pensar ahorita en hacer campaña. Mi compromiso es con el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, con la ciudadanía que te paga".