La otra cara de Manlio Fabio Beltrones
Faustino Félix no imaginó la que armaría en 1962, durante un mitin en pos de la alcaldía de Cajeme, Sonora. Su figura llamó la atención de un niño de 10 años, de tez morena y mirada acuciosa.
"¿Qué hace ese señor?", preguntó el pequeño a sus papás. "Hace política, trata de ayudar a que las cosas cambien", le dijeron. Ahí, el pequeño Manlio Fabio Beltrones decidió que lo suyo sería la política.
Años después, el sonorense se convertiría en uno de los hombres más poderosos de México. Según muchos analistas políticos, la capacidad negociadora y el manejo de la información del actual líder del Senado lo han convertido en una especie de vicepresidente del país. "Es una expresión injusta. En México sólo hay un presidente", dice en entrevista con Quién.
El político se apoltrona en una silla capitonada en su casa en la colonia Florida, su hogar en el DF por décadas. Quiere hablar del PRI y de la candidatura presidencial. Pero su mirada se escapa hacia el jardín, donde su nieta Sylvana, de un año, corre con sus dos perritas, Coco y Cuca.
"Mi hija (Sylvana) y su marido (Pablo Escudero) están obligados a traer a mi nieta a que juegue un rato con sus abuelos, los fines de semana", dice Manlio.
Y es evidente que para este priísta la vida no se reduce a los gritos y sombrerazos de la arena política. Le gusta releer "Los Amorosos" de Jaime Sabines, así como el realismo mágico de Gabriel García Márquez o la prosa de Carlos Fuentes. Husmea en la pintura mexicana y anda a la caza de una buena obra "siempre y cuando se ponga en precio"; admira a escultores como Carlos Espino. Los sábados y domingos no desprecia un buen masaje o varias horas de plácido sueño.
En su casa no hay fotos con personajes de la política. Sólo el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el actual mandatario de EU, Barack Obama, y su compañero de partido Roberto Madrazo tienen espacio en un rincón de su biblioteca.
"Mis personajes son mi familia", asegura.
LA NOTA
El secreto mejor guardado de Beltrones es su lado artístico. Canta y lo hace bien. "Tiene buena voz y a veces me dedica un bolero que se llama ‘Si me comprendieras'", narra Silvia, su esposa desde hace 32 años.
Con esa misma voz con la que entona boleros en reuniones con amigos, un Beltrones sin corbata evade una y otra vez la pregunta del millón: ¿le gustaría ser candidato presidencial? "¿A quién le interesa lo que piense Manlio Fabio Beltrones?", responde.
El ex gobernador sonorense fue formado por militares, tanto en casa como en su inicio en la política.
Fernando Gutiérrez Barrios, su maestro e impulsor en la política, era experto en inteligencia y fue capitán del Ejército.
Cuando su padre Rómulo era niño, acompañó al general Álvaro Obregón en la batalla de Celaya durante la Revolución Mexicana. "Cuentan que mi padre tuvo que desvestir a uno de los caídos para adoptar su vestimenta. Así tomó el rango de capitán del Ejército. Después, el general Obregón se lo ratificó por su lealtad y se lo llevó a Sonora para que fuera el jefe de las guardias rurales", recuerda.
Rómulo se volvió un próspero agricultor y se empeñó en que su hijo siguiera el mismo camino. Como homenaje a su padre, el priísta dedicó su tesis a la importancia de la agricultura en el desarrollo de México, pero el mitin de Faustino Félix lo llevó por otro camino.
"Mi padre me decía: ‘La política es ingrata, vente a trabajar conmigo'. Como no me convenció, me dio un consejo: ‘El día que te canses de hacer un favor es la señal de que debes retirarte'. No me he cansado", indica.
Pero quien marcó definitivamente al senador fue Beatriz, su madre. Una mujer afecta a la cultura griega (de ahí el nombre Manlio Fabio), hija de un español y una indígena yaqui, y estudiosa de la Biblia.
"Nos dormía con parábolas bíblicas. Si era de multiplicar los panes, de utilizar los talentos ", dice el senador.
En ese entorno crecería aquel niño sonorense, que tomó sus primeras lecciones de negociación con los abuelos maternos y estudió en escuelas públicas con notas buenas sin llegar a la excelencia.
LA HISTORIA DEL VELADOR
Para Manlio nada ha sido fácil. Cuando era novio de Silvia, se desempeñaba como secretario particular del subsecretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios; trabajaba de ocho de la mañana a 11 de la noche. La medianoche era el único espacio para ver a su novia. "Mi suegra hacía muchas burlas porque como llegaba a las 11 o a las 12 de la noche, preguntaba si mi trabajo era de velador", comparte.
Incluso la fecha de su boda tuvo que ajustarse a las vacaciones que le había concedido Gutiérrez Barrios. "Tuve que casarme un jueves 10 de mayo para poder tomar la semana que generosamente me dio mi jefe. No le gustaba a mi mujer y menos a mi mamá, pero no tenía otra fecha", recuerda.
Hasta hoy, Silvia le reclama. "Yo le hago la broma de que así me ahorro un regalo", indica Manlio.
Ya casado no todo fue miel sobre hojuelas, pues fue difícil concebir a Sylvana, hija única de la pareja: "Cuando supe que iba a ser papá fue un momento muy feliz en mi vida, porque tuvimos dificultades para tener familia".
En 2010, Sylvana convirtió a Manlio en abuelo de "Vanyta", como llama a la chiquita que caminó a los 11 meses.
"Cuando mi hija me dijo que se iba a casar me dio tristeza, pero cuando me dijo que iba a ser madre me dio una gran alegría", confiesa.
PEÑA NIETO Y LA CARRERA POR LA GRANDE
Justo en la sala donde conversamos con Manlio, los gobernadores priístas acordaron respaldar a Ernesto Zedillo, luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en 1994. Beltrones no podía ser candidato presidencial (era gobernador de Sonora), pero le ofrecieron ser presidente del PRI.
"Estuvo en la mesa, después de la postulación de Zedillo, el planteamiento de que yo presidiera el PRI. Me negué porque me comprometí a ser el mejor gobernador de Sonora", afirma.
La presidencia vuelve a rondar la carrera de Manlio. En ocho meses, su partido comenzará el proceso de selección de su candidato presiedencial.
Ahora, el obstáculo a vencer no es su puesto como gobernador de Sonora, sino el mandatario mexiquense de copete, trajes impecables y primer lugar en las encuestas: Enrique Peña Nieto.
El senador reconoce tener "relaciones amistosas" con Peña Nieto, sin embago, aclara que no es su aigo. Lo cataloga como exitoso aunque rechaza que ganar los comicios de gobernador del Estado de México (el 3 de julio de este año) signifique que el PRI iría en caballo de hacienda rumbo a la presidencia de la república.
"Nadie, en una sola lucha política local podría apostar por lo que va a suceder en 2012. En 2005 tuvimos una elección exitosa en esa entidad con Peña Nieto y en 2006, perdimos la presidencial", recuerda.
Tampoco acepta que el gobernador mexiquense ya sea considerado como candidato presidencial del PRI.
"Yo hablo de él como un político exitoso, pero en el PRI existen muchos más y esperaremos que 2011 cierre para que se produzca una convocatoria y quienes deseen participar manifiesten su interés", puntualiza.
DICIEMBRE ME GUSTÓ PARA DECIDIR
Lanzamos la pregunta del millón: ¿Le interesa la candidatura presidencial del PRI?
"A los mexicanos les interesa saber qué hará el próximo presidente con la seguridad pública, no les interesa qué va a hacer Manlio Fabio Beltrones", dice el senador. Como buen político, no lo niega ni lo confirma; se limita a decir que el interés está ahí y se refiere a los tiempos. En tercera persona comparte: "Manlio Fabio tomará una decisión a finales de este año." Revela que él ya forma parte de un grupo que buscará poner "orden en el PRI" de cara a la elección de 2012.
Con esto da a entender que no todos en el PRI creen o quieren que Peña Nieto sea candidato presidencial. "El profesor Humberto Moreira (el nuevo presidente del PRI) está más que obligado a generar una discusión de para qué quiere el PRI ganar las elecciones y posteriormente ver con qué candidato o candidata vamos a ganar", asegura.
El grupo está integrado por gobernadores como Javier Duarte (Veracruz), diputados como María Esther Sherman, Alberto Cano Vélez y Felipe Solís Acero, y senadores como el ex candidato presidencial Francisco Labastida.
Manlio asegura que ha aprendido de sus errores, que ya cambió y que todo su ejercicio de autocrítica se verá reflejado en la decisión que tome a fines de este año.
Para quienes están preocupados por el supuesto cúmulo de expedientes sobre el actuar de diversos personajes de la vida nacional, el priísta los tranquiliza.
"Hay muchos mitos en torno a que yo puedo hacer acopio de expedientes que pudieran tener uno, dos o tres personas. Yo lo único que tengo es buena memoria y un gran respeto por el valor de la palabra", concluye.