Kate Middleton tiene nombre de reina

Kate Middleton tiene un futuro que toda joven quisiera: ser la consorte de un heredero al trono en una de las cortes con mayor historia y prestigio. Pero también enfrenta un destino en el que se podría presentar la fatalidad y es que si esta joven de 29 años llegara a usar la corona, ella sería la primera Catalina en ser Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, como se les llama oficialmente a los jerarcas ahí desde 1707 (antes el título era Reina de Inglaterra).

Las antiguas Catalinas vivieron situaciones tormentosas: infidelidades, abortos, traiciones y aislamiento. Por otra parte, Kate también va a ser la primera plebeya, en más de 300 años, en casarse con un hombre tan cerca al trono; y la primera Catalina que no pertenece a una familia real o con algún título nobiliario. Sin embargo, esperemos que su destino sea muy diferente al de sus antecesoras y la tragedia no se presente en su camino, como sucedió en las vidas de la mayoría de las antiguas reinas Catalinas.

Las anteriores Catalinas están muy distantes a la época de Kate Middleton, quien se casará con el Príncipe Guillermo de Gales, segundo en la línea de sucesión al trono de Inglaterra. La ceremonia será el 29 de abril de 2011 en la Abadía de Westminster, no obstante, puede que pasen muchos años antes de que Kate se convierta en la sexta reina Catalina de ese país, pues la actual soberana, Isabel II, está en buen estado de salud y, antes que Guillermo, el príncipe Carlos, de 62 años, es quien heredaría la corona. A continuación recordamos a las cinco Catalinas que Inglaterra ha tenido, cabe decir que tres de ellas fueron esposas de Enrique VIII.

Catalina de Valois

Fue la primera Catalina de Inglaterra y la bisabuela de Enrique VIII. También conocida como Catalina de Francia, nació en 1401 y fue hija del Rey Carlos VI de Francia e Isabel de Baviera. Se casó en febrero de 1421 con Enrique V de Inglaterra y juntos tuvieron un hijo, Enrique VI. No obstante, en 1422 el Rey murió y el hijo ocupó el trono con sólo ocho meses de edad y acabó con el reinado de Catalina de Valois. Alrededor de 1425, Catalina inició una relación con Owen Tudor, un noble inglés con el que supuestamente tuvo seis hijos y a quienes Enrique VI les dio títulos nobiliarios. Durante la Guerra de las Dos Rosas, la casa de Lancaster, a la cual pertenecía Catalina, fue derrocada; pero años más tarde el nieto de Catalina, Enrique Tudor, recuperó la corona bajo el nombre de Enrique VII y con ello comenzó la dinastía Tudor. Fue el bisnieto de Catalina de Valois, Enrique VIII, quien traería a la Casa Real a las próximas tres Catalinas.

Catalina de Aragón y Castilla

Fue reina consorte como la única esposa de Enrique VIII, según los católicos contemporáneos. Fue la primera esposa en una lista de seis. Enrique VIII anuló sus 24 años de matrimonio con ella por sus pretensiones con la cortesana Ana Bolena; por la creencia de que su matrimonio con Catalina no le agradaba a Dios porque ella había estado casada por un corto periodo de tiempo con el hermano mayor de Enrique, Arturo de Gales (quién ya había fallecido); y además por la supuesta incapacidad de la Reina para engendrar un hijo varón. Para lograr su objetivo, Enrique se separó de la Iglesia Católica y fundó la Iglesia de Inglaterra, de la cual él sería la cabeza. El reinado de Catalina de Aragón y de Castilla duró de 1509 a 1533 y de la descendencia que tuvo con Enrique VIII, la única que sobrevivió fue María I de Inglaterra.

Murió el 7 de enero de 1536 a los 50 años de edad y nunca renunció al título real, sin embargo, fue enterrada en la Catedral de Peterborough en un funeral muy discreto no digno de una reina.

Catalina Howard

También conocida como Kathryn Howard fue la quinta esposa de Enrique VIII. Su tío era el poderoso y ambicioso Thomas Howard, Duque de Norfolk, y era prima hermana de Ana Bolena. Fue dama de compañía de la esposa en turno de Enrique VIII, la reina Ana de Cléveris. Catalina era muy guapa, por lo que el Rey la tuvo como su amante durante dos meses y para casarse con ella, anuló su matrimonio con Ana el 9 de julio de 1540. Enrique tenía casi 50 años y estaba enfermo y obeso, mientras que Catalina era sólo una adolescente. Aburrida y poco satisfecha con su enlace, Catalina inició un romance con uno de los cortesanos favoritos del Rey, Tomás Culpeper. Aunque tenía antecedentes de ser una mujer promiscua, el Rey desconocía su oscuro pasado (había tenido muchos amantes). Finalmente, tras numerosos rumores, se le acusó de adulterio, lo que para una reina significaba traición, y en el invierno de 1541 fue encerrada en la Abadía de Middlesex para después ser ejecutada.

Catalina Parr

También conocida como Katharine Parr, era una viuda rica que fue la sexta y última esposa de Enrique VIII. Era una mujer de clase y muy educada. Antes de casarse con Enrique VIII, Catalina ya había tenido dos matrimonios con hombres mayores a quienes cuidó hasta su muerte. Desafortunadamente, ella estaba enamorada de uno de los cuñados del Rey, Tomás Seymour; afortunadamente, ambos fueron lo suficientemente inteligentes para darle al Rey lo que quería. Se casó con Enrique VIII y lo cuidó como lo hizo con sus anteriores esposos. Tuvo algunas diferencias con él por sus creencias religiosas y casi es encarcelada por eso, sin embargo, supo convencerlo de que sólo hablaba de religión para distraerlo de los sufrimientos que le causaba su pierna ulcerada. Enrique VIII murió en 1547 y seis meses después Catalina se casó con Seymour. Aunque ella nunca había podido tener hijos, sorpresivamente quedó embarazada a los 35 años de edad. Catalina Parr murió una semana después de haber dado a luz a María Seymour en 1548.

Catalina de Braganza

Nació en 1638 y fue una reina católica en una Inglaterra protestante. Su madre fue Luisa de Guzmán y su padre, el duque Juan II de Braganza, quien más tarde se convirtió en el Rey Juan IV de Portugal. Para establecer una alianza con Inglaterra, Catalina se casó con Carlos II y se mudó a dicho país. Aunque Catalina no era una reina popular por ser católica y por no hablar inglés, con el tiempo logró ganarse la aprobación del pueblo. Sin embargo, la fuerte reputación de mujeriego que tenía Carlos y el hecho de que Catalina nunca pudo darle un heredero, hacía que su posición de reina se viera amenazada y más porque el Rey constantemente tenía hijos ilegítimos con sus múltiples amantes. Aun así, Carlos siempre pidió que se tratara con respeto a la Reina y se rehusó a divorciarse. Tras la muerte del Rey, Catalina regresó a Portugal como una mujer muy rica. Ahí gobernó mientras su hermano estaba enfermo y fue enterrada en 1705, a los 67 años de edad, en una gran ceremonia.