Primer ministro japonés, un desastre en la moda
Yukio Hatotyama, primer ministro de Japón, se encuentra inmerso en un mundo de dolores políticos.
Las encuesta más reciente de uno de los diarios más importantes del país, el Yominuri Shimbun, registra un 24% de aprobación de su administración, que significa una caída de nueve puntos respecto al mes anterior. Mientras, el 67% de los encuestados lo desaprueban.
Así, cuando recientemente Hatoyama abrió las puertas de la residencia oficial donde ofreció una parrillada japonesa a votantes comunes en un evento llamado "Real Hato Café", uno de sus mayores esfuerzos para dirigirse a ciudadanos, no logró la suficiente atención del crítico de moda Don Konishi, pero su atuendo sí.
Un multicolor retroceso a la década de 1980, un desastre para la moda, fue como Konishi describió el atuendo del primer ministro: una camisa roja, amarilla, verde, morado y azul. El crítico escribió una condena pública sobre su camisa en una revista de circulación nacional y advirtió que esa colorida prenda representa lo que las encuestas ya habían mostrado: Hatoyama no tiene tacto.
"Esta camisa es de los 80 o 90. Sus ideas y filosofía son viejas. Japón se encuentra en una crisis y no la superaremos con un primer ministro como este".
El día que Konishi habló con CNN, portaba gafas de armazón blanco, zapatos plateados y un pequeño sombrero de ala ancha.
"Un diseñador de modas como yo puede vestir así, pero no el mandatario de Japón", dijo.
Konishi se interesa tanto en Hatoyama porque el país se apasiónó por el primer ministro, quien llegó al cargo en medio de una histórica ola de descontento electoral. El Partido Democrático de Japón desbancó al Partido Liberal Demócrata, que mantuvo el poder por casi 50 años continuos.
Una vez en el poder -desde septiembre de 2009-, el primer ministro y su esposa han sido un fascinante ejemplo de pareja.