Aramburuzabala y Garza se divorcian
“Nos levantamos temprano, nos arreglamos y si podemos desayunamos juntos. Luego cada quien se va a su oficina”, esto es lo que dijo a Quién –en noviembre de 2005– María Asunción Aramburuzabala Larregui , acompañada de su esposo, Antonio O. Garza, durante una entrevista para hablar de su nueva vida de pareja, en la recién remodelada residencia oficial del embajador de Estados Unidos en México, ubicada en las Lomas de Chapultepec. Sentada en una de las salas de la casa, Mariasun –como le dicen de cariño a la vicepresidenta de Grupo Modelo– narraba su día a día con el hombre que se había casado nueves meses antes. “En la noche generalmente tenemos compromisos; si no, nos gusta cenar en familia y ver Fox News o el noticiero de Joaquín López-Dóriga. Los lunes por la mañana es nuestro día favorito porque después de cenar nos metemos a la cama con mis dos hijos (Pablo y Santiago, fruto de su anterior matrimonio con Paulo Patricio Zapata) a ver “El privilegio de mandar”. Mis hijos lo llaman el quality family time". Todo era perfecto. En esa época la historia de Mariasun y Tony era como salida de un cuento. Ella, además de su rol de esposa, seguía triunfando en sus negocios. Él, era el titular de la representación de los Estados Unidos en México y gozaba de una extraordinaria amistad con el entonces presidente George W. Bush. Por si no fuera suficiente, los dos hijos que Mariasun había tenido en su primer matrimonio se llevaban perfecto con el divertido Tony, quien nunca antes había estado casado. Una separación sorpresiva En todos causó confusión. En diciembre de 2009, Mariasun viajó a Vail, como suele hacer para pasar los fines de año. En esta ocasión había una notable diferencia: Tony no iba con ella. El grupo de mexicanos que en esas fechas siempre se encuentran por allá empezaron a preguntarse por qué la empresaria no salía de la casa en la que se estaba quedando ni se dejaba ver en restaurantes del lugar.
Finalmente, durante su estancia allá, Aramburuzabala comentó a algunos de sus amigos más íntimos que estaba pasando por el duelo de haber terminado su matrimonio con Tony. Las causas se las reservó. Lo que sí dejó muy claro es que ya vivían en casas separadas desde finales del año pasado y que ya estaban divorciados. Desde entonces cada uno hace su vida en paralelo. Ella, de 47 años, se mantiene al frente de Tresalia Capital y como vicepresidenta del Consejo de Administración de Grupo Modelo. Por su parte él, de 50 años, sigue radicando en la Ciudad de México y forma parte –como asesor– del despacho White & Case, ubicado en Las Lomas. Aquella fastuosa y concurrida boda que se celebró por todo un fin de semana en Avándaro en abril de 2005, ha quedado sólo como un bonito recuerdo. Más detalles sobre el divorcio de Aramburuzabala y Garza en la más reciente edición de la revista Quién, que ya está a la venta.