Barack Obama hace historia con reforma sanitaria
Culminando un largo día y una travesía política muy intensa, el presidente Barack Obama celebró la aprobación el domingo de la ley de salud con abrazos, palmadas y una actitud animada. El mandatario dijo a la nación: "Esta noche respondimos al llamado de la historia". Casi a la medianoche en Washington, con gran parte del país dormido o preparándose para ello, Obama ingresó al Salón Este de la Casa Blanca con el vicepresidente Joe Biden. Para el presidente no era demasiado noche para celebrar el momento. "Quiero agradecer a todos los miembros del Congreso que permanecieron firmes con valentía y convicción para hacer una realidad la ley de salud", dijo Obama mientras los miembros principales de su propio equipo de salud estaban radiantes en la cercanía. "Sé que éste no fue un voto fácil para mucha gente. Pero fue el voto correcto", señaló. Obama estaba orgulloso en la victoria, pero no desenfrenado, siendo consciente de que el Senado aún no había votado sobre las adiciones para conciliar la iniciativa recién aprobada. El sentir en la Casa Blanca era de perseverancia después de un debate con tantos giros y dudas. "No temimos a nuestro futuro", agregó Obama; "nosotros lo forjamos", subrayó.
El Congreso, controlado por los demócratas, aprobó el domingo una legislación histórica que ampliará la atención de la salud para llegar a decenas de millones de estadounidenses que carecen de ésta, y que buscará poner fin a los abusos de las empresas aseguradoras. La votación en la Cámara de Representantes fue de 219-212 y coronó una lucha de un siglo por dar cobertura prácticamente universal de los servicios de salud en el país.
El último día fue discreto para Obama. No más discursos fogosos, no más viajes al Capitolio, no más aventurarse fuera de las rejas de la Casa Blanca. En lugar de ello, el portavoz más visible de la reforma de salud pasó fuera de la vista pública el último día de una minuciosa campaña de cabildeo. Asistentes del mandatario dijeron que anduvo errante por el ala oeste de la Casa Blanca recibiendo actualizaciones, llamando a legisladores para agradecerles cuando era inminente una enorme victoria legislativa. Como dijo el presidente cuando realizó una reunión por la mañana con colaboradores de alto rango, éste era un gran día. Pero la atención se centró en la Cámara de Representantes. El primer vistazo al presidente ocurrió hasta ya muy noche el domingo, después de la votación final en la cámara baja para reformar las reglas de seguros médicos para millones de personas. Pero el anuncio de que haría tal aseveración subrayó que Obama tenía una sensación de victoria; y un sentido de la historia. Obama hizo llamadas telefónicas a más de una docena de legisladores el domingo y se puso en contacto con más de 90 durante la semana, señaló la Casa Blanca sin identificarlos. Obama miró la votación en el Salón Roosevelt con Biden y aproximadamente otros 40 miembros del personal de la Casa Blanca. Cuando la iniciativa de ley obtuvo votos suficientes para ser aprobada, el salón estalló en aplausos y abrazos. Si este hubiera sido cualquier otro domingo de primavera en Washington, Obama quizá hubiera jugado baloncesto o golf.