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El Papa se encuentra bien tras caída

El sumo pontífice impartió hoy su bendición tradicional de Navidad, horas después de haber sido derribado por una mujer que por segundo año seguido saltó una valla durante la misa de Nochebuena.
vie 25 diciembre 2009 11:49 AM
El sumo pontífice impartió hoy su bendición tradicional de Navidad, horas después de haber sido derribado por una mujer que por segundo año seguido saltó una valla durante la misa de Nochebuena.
Mujer y Papa El sumo pontífice impartió hoy su bendición tradicional de Navidad, horas después de haber sido derribado por una mujer que por segundo año seguido saltó una valla durante la misa de Nochebuena. (Foto: AP)

El papa Benedicto XVI, en buen estado de salud pero al parecer cansado y un poco inseguro en sus movimientos, impartió este viernes su bendición tradicional de Navidad, horas después de haber sido derribado por una mujer que por segundo año seguido saltó una valla durante la misa de Nochebuena para acercarse a él. El Vaticano dijo que el pontífice de 82 años no sufrió lesiones y que cumpliría con su apretada agenda de Navidad. Sin embargo, el cardenal francés Roger Etchegaray, de 87 años y de larga carrera como diplomático del Vaticano, sufrió una fractura de cadera el caer durante el incidente ocurrido en la Basílica de San Pedro y deberá ser operado en el hospital Gemelli de Roma, dijo el vocero Federico Lombardi. Más tarde, Lombardi dijo que el Vaticano revisará sus procedimientos de seguridad, aunque aclaró que no resulta realista el pensar que se puede garantizar la protección al 100% para el pontífice, tomando en cuenta que suele estar rodeado por miles de fieles en sus audiencias, misas y otros actos papales. En declaraciones a The Associated Press, Lombardi dijo que los funcionarios de seguridad de la Santa Sede revisarán el episodio y "harán sus consideraciones". Destacó que es razonable esperar que los responsables por la seguridad del Papa "tratarán de aprender de esta experiencia". Benedicto parecía un poco inseguro el viernes al acercarse a su sillón en la logia que da a la Plaza de San Pedro para pronunciar su tradicional bendición navideña y fue ayudado por un asistente. Pero enseguida abrió los brazos, bendijo a la multitud y pronunció el mensaje "Urbi et orbi" (A la ciudad y al mundo) sin ningún inconveniente. Después leyó saludos navideños en 65 idiomas, que fueron recibidos con cánticos y vivas. En su discurso, el pontífice puso en perspectiva los efectos de la crisis financiera mundial, los conflictos en Tierra Santa y el Africa y la situación de "la pequeña grey" de cristianos en Irak. "Por momentos está sujeta a la violencia y a la injusticia, pero sigue dispuesta a aportar su propia contribución a la construcción de una sociedad opuesta a la lógica del conflicto y al rechazo del prójimo", afirmó. Lombardi dijo que la agresora es la suizo-italiana Susanna Maiolo, de 25 años, quien sufre problemas siquiátricos y que protagonizó un incidente similar en la misa de Nochebuena del año pasado. Maiolo no estaba armada y fue llevada a una clínica para ser tratada, agregó. Es la misma mujer que al final de la Misa de Gallo del 2008 también saltó unas vallas, aunque esa vez fue rápidamente arrojada al suelo por guardias de seguridad, sin llegar hasta el Papa. En ambas ocasiones, la mujer vestía un abrigo rojo. El jueves, Maiolo saltó una valla y se lanzó hacia el Papa cuando éste caminaba por el pasillo principal para dar inicio a la misa. Los guardias de seguridad la derribaron, pero llegó a tomar la túnica del pontífice y hacerlo caer al suelo junto a ella, de acuerdo con un video de un testigo obtenido por The Associated Press. Al caer, Benedicto XVI perdió su mitra y su báculo. Se quedó unos segundos en el piso antes de que lo ayudaran a levantarse. En ese momento algunas personas gritaron "¡Viva el Papa!" y varios más lo animaron. Fue la primera vez que un posible atacante llegó a tocar al líder católico en sus cinco años de papado. Analistas de seguridad han advertido que el pontífice suele estar desprotegido en sus apariciones públicas. Tras ponerse en pie, el pontífice, ayudado por guardias a cada lado, retomó su caminata hacia el altar para comenzar la misa. Se veía un poco perturbado y se sentó con dificultad, apoyándose en el brazo de su silla. Benedicto XVI no hizo comentarios sobre el incidente cuando comenzó la misa ni tampoco lo hizo el viernes.

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