Víctima de Polanski desea una vida en paz
El arresto de Roman Polanski por acusaciones de violación le ha traido a su víctima Samantha Geimer problemas de salud y preocupaciones en el trabajo, y ahora sólo quiere que la dejen en paz, dijo su abogado en una presentación judicial.
El abogado Lawrence Silver pidió a la Corte de Apelaciones del 2do Distrito de California que no proceda con la acusación penal contra el director de "Chinatown" y dijo que, desde que Polanski fue arrestado en Suiza el 26 de septiembre , él y Geimer han recibido casi 500 llamadas de periodistas en busca de declaraciones.
Según el documento de seis páginas, debido a que Geimer reveló su identidad en público hace mucho tiempo, ella y su familia deben lidiar con este tipo de presiones cada vez que Polanski se convierte en tema de las noticias.
Geimer, que vive en Hawai, es acosada por periodistas de numerosos medios internacionales y conductores de programas de variedades como Oprah Winfrey le han pedido entrevistas, dijo el documento.
"Esta persecución le ha causado problemas relacionados con la salud", añadió. "La persecución ha hecho que su rendimiento en el trabajo sufra interferencias y ha generado la entendible disconformidad de su empleador y la posibilidad real de que Samantha pueda perder su trabajo".
La presentación pidió que se levanten los cargos contra Polanski y terminó con una solicitud: "Déjenla en paz".
Geimer ha pedido repetidas veces que el caso contra el cineasta se termine. La presentación en su nombre pide a un juez de la Corte Superior que decida sobre una moción anterior para dejar el caso sin efecto.
El director ganador del Oscar intenta no ser extraditado a Los Ángeles.
Geimer tenía 13 años cuando conoció a Polanski, quien fue acusado de violarla tras darle champaña y parte de una píldora de Quaalude durante una sesión fotográfica de modelos en 1977. Inicialmente, fue acusado de seis cargos penales, entre ellos violación por medio del uso de drogas, abuso de menores y sodomía.
Polanski se declaró culpable del cargo de relaciones sexuales ilegales y un juez lo mandó a prisión para una evaluación psiquiátrica de 90 días. Fue liberado tras 42 días por un evaluador que lo consideró mentalmente sano y que dijo que no era probable que volviera a cometer un delito de ese tipo.
El juez dijo que enviaría a Polanski a la cárcel por el resto de los 90 días y luego le pediría que aceptara una deportación voluntaria. Pero el cineasta huyó del país la noche antes de ser sentenciado, en 1978.
Geimer lo demandó en 1988 cuando tenía 25 años y Polanski aceptó pagarle 500.000 dólares, pero no está claro si ella recibió el monto total.