Michael Jackson perdió las ganas de vivir
"No quiero que me vean ahora", confesó Jackson. "Porque parezco un lagarto. Es horrible", así lo relata "The Michael Jackson Tapes", libro que no explora mucho terreno desconocido, pero en el cual su autor, Shmuley Boteach, proporciona detalles de primera mano en la voz de Jackson sobre sus excesos y obsesiones.
"Me gustaría desaparecer de algún modo a un lugar donde la gente ya no me vea", dijo Jackson. "No quiero envejecer. No quiero mirarme nunca en el espejo y ver eso", había dicho Jackson más de cinco años de su muerte, ocurrida el 25 de junio de 2008, cuyo deceso fue tipificado como homicidio.
Durante las entrevistas, grabadas entre el 2000 y el 2001, el autoproclamado Rey del Pop parece tener la sensación de que su vida estaba en picada.
"Él perdió las ganas de vivir", dijo Boteach el viernes en el programa "Today" de NBC. "Pienso que simplemente estaba pasando los vaivenes de la vida hacia el final".
Boteach es un rabino judío ortodoxo que ha escrito libros de autoayuda como "Kosher Sex" y "Shalom in the Home". Conoció a Jackson en 1999 a través de Uri Geller, un artista británico, y fue su confidente por muchos años. Por momentos, las cintas suenan como sesiones de orientación psicológica.
Boteach dijo que él y Jackson grabaron las cintas con la idea de darle al público una imagen más certera del solitario artista. Indicó que reprobó el libro — cuya publicación original tenían prevista para el 2003 — cuando Jackson comenzó a apartarlo por haber criticado su partida de un programa de recuperación que ambos habían establecido, con mejoras que incluyeron despertarse a una hora decente y no estar a solas con niños que no fueran sus hijos, por razones de relaciones públicas.
La amistad terminó con el segundo arresto de Jackson bajo cargos de abuso sexual de menores. Boteach dijo que desenterró el proyecto tras la muerte de Jackson porque la actitud hacia el artista se había suavizado.
En sus conversaciones, Jackson rápidamente asume un papel de víctima y critica a sus parientes, especialmente a su padre, quien el artista dice lo golpeaba con un cable eléctrico.
"Era duro", Jackson dice de su padre. "El modo en que me golpeaba era duro".
Ken Sunshine, un vocero de la familia Jackson, dijo el viernes que "no vamos a honrar esto con un comentario".
El libro deja en claro que Jackson estaba sexualmente interesado en las mujeres pero que era muy tímido. Le dice a Boteach que nunca había invitado a una chica a salir, aunque admite haber tenido conversaciones telefónicas cargadas de sexo con Madonna.
Sobre una de estas supuestas conversaciones dice: "Madonna puSo las cosas claras antes de salir conmigo: 'Yo no voy a Disneylandia, ¿OK? Eso está descartado''', le habría dicho.
Jackson dijo que Madonna estaba celosa de él porque sus admiradoras gritaban y desvanecían mientras que los admiradores de ella eran menos efusivos. Recordó que la cantante lloró de admiración en uno de sus conciertos.
La vocera de Madonna, Liz Rosenberg, expresó el viernes:
"Madonna guarda sentimientos muy profundos por Michael Jackson, y no creo que nada en el libro vaya a cambiar eso".