La nueva aventura ficción de Diego Luna
Bajo un sol implacable que se refleja con dureza en el patio de cemento de una escuela primaria, Diego Luna da instrucciones, mira un monitor, pide ajustar sonido o ángulos de cámara, le habla suavemente a otros actores, al tiempo de motivarlos.
Se ve relajado y concentrado, como si los gritos y risas de niños que acaban de salir de un salón de clases y gritan su nombre para que los salude, sucediera en un mundo aparte del suyo. El actor trabaja en su ópera prima como director de ficción.
La película se titula "Abel" y trata de un niño que por alguna razón que no se ha podido diagnosticar es mudo. Su madre tiene que lidiar con la partida de su marido que la abandonó hace dos años, con los cambios propios de la adolescencia de su hija mayor, el silencio del hijo del medio y las travesuras del más pequeño, junto a una difícil situación económica.
Luna dice que comenzó a trabajar en el proyecto hace más de dos años y que cuando ocupó por primera vez la silla de director, ya se sentía completamente listo.
"Es una historia bastante enloquecida, obviamente tiene referencias muy personales, pero no tiene nada que ver con mi niñez", aclara cuando se le pregunta si es una historia autobiográfica.
"De hecho es la historia de un niño y la relación con la ausencia de su padre... está más inspirada en esta historia tan nuestra de todos estos hogares donde los padres se van, hogares que llevan las madres y que tienen que mantener y llevar hasta que los niños crecen y se van y un poco es una reflexión de eso", explica durante un receso del rodaje en Aguascalientes, a 415 kilómetros al noroeste de la capital mexicana y donde pasó muchos veranos con su familia.
El novel director ya había tenido un acercamiento a la tarea de dirigir cuando en el 2007 expuso el documental "J.C.Chávez", sobre el campeón de boxeo mexicano Julio César Chávez.
La empresa estadounidense Mr Mudd, de la que el actor y director John Malkovich es fundador y socio, es una de las productoras de la película.
"Están disfrutando el proceso. Yo había visto muchas veces que era una cosa para los actores y otra cosa para los directores... el equipo entero está muy involucrado", afirmó con una sonrisa.
Atesora la frescura de los niños que son parte del largometraje que no tenían experiencia frente a las cámaras y que le recuerdan cuando también participó de novelas y otros proyectos.
"En el rodaje he encontrado que disfruto mucho dirigir actores, que fue muy bueno hacer un documental como para entender el proceso de edición y como para atreverme a dirigir, pero lo que más disfruto es trabajar con los actores, trabajar el desarrollo de personaje, abrir opciones", relató.
Karina Gidi, quien interpreta a la mamá de Abel y que ha trabajado principalmente en obras de teatro, asegura que Luna, de 29 años, tiene la ventaja de que "es un actor con tanta experiencia (que) sabe que hay muchos más colores y muchos más matices que pedirle a un actor, que una emoción en general o un estado de ánimo en general".
"Es un director que sabe qué es lo que quiere, y al mismo tiempo sabe también dejarse sorprender por lo que va ocurriendo en el 'set'. Tiene un mundo interno asombrosamente profundo y lo digo pensando sobretodo en su edad y además es una persona divertida y entrañable para mí. Es un gran descubrimiento verlo como director. Es muy meticuloso", agregó.
El actor José María Yazpik, quien interpreta en la película a Anselmo, el padre que abandona a sus hijos, y en la vida real es amigo de Luna, dijo que esa relación cercana ha sido una ventaja.
"Como nos conocemos tan bien y hemos trabajado tanto, la comunicación es más fácil", dijo en otro momento en que además bromeó con que no tuvo que utilizar "ninguna palanca" para formar parte del proyecto.
Sin embargo, Luna es más cauteloso a la hora de evaluar su trabajo y confiesa que está tan involucrado que no puede ni leer en sus ratos libres y que a veces se siente invadido por inseguridades, en especial porque sabe que ante los críticos lo bueno que resulte será gracias a los actores y de lo malo lo culparán a él.