Entre cervezas Obama resuelve conflicto racial
Con tarros de cerveza y exhortaciones a la calma, el presidente Barack Obama trató de salir junto con el país de una controversia racial, sentando a la misma mesa al profesor negro y al policía blanco cuya disputa provocó una semana de intenso debate.
No hubo increpaciones --pero tampoco disculpas-- entre ninguno de los tres participantes: el profesor negro de Harvard, Henry Louis Gates hijo; el policía blanco James Crowley, quien lo detuvo por conducta desordenada en Cambridge, Massachusetts, y Obama, quien declaró en la televisión nacional que el sargento policial había "actuado de manera estúpida". Ni Gates ni Crowley se retractaron de algo, y ambos señalaron que todavía hay diferencias.
Luego de la conversación esperada de 40 minutos, ante una mesa en el prado sur de la Casa Blanca, Obama dijo: "Siempre he creído que aquello que nos une es más fuerte que lo que nos divide".
"Confío en que ello ha ocurrido aquí esta noche, y espero que todos nosotros podamos aprender una lección positiva a partir de este episodio", dijo el primer presidente negro de Estados Unidos. Bajo la sombra de una magnolia, el jueves por la tarde, Obama, en mangas de camisa, se unió a los participantes de una historia que derivó en críticas duras a la Casa Blanca cuando el presidente opinó en torno al asunto.
En el encuentro estuvo también el vicepresidente Joe Biden.
Fue posible ver a los invitados hablando entre sí, cada cual con un tarro de cerveza. La prensa fue colocada lejos de la mesa, en un lugar desde el que no podía oírse la conversación.
El policía y el profesor se expresaron respeto mutuo, luego que su disputa desató polémica sobre la caracterización racial de ciudadanos por parte de las autoridades nacionales.
"Acordamos dejar atrás esto", dijo Crowley el jueves por la noche, cuando se le preguntó si se resolvió algo en el encuentro. "Creo que lo que vieron hoy fue a dos caballeros llegar a un acuerdo aunque persistan los desacuerdos en un asunto en particular. No creo que hayamos pasado mucho tiempo enfatizando en el pasado, sino discutiendo del futuro".
Por su parte, Gates dijo que él y Crowley terminaron siendo personajes en una historia más grande e incontrolable para ellos sobre la raza.
"Depende del sargento Crowley y de mí el aprovechar la gran oportunidad que nos ha dado el destino", dijo Gates en un comunicado. Añadió que la tarea debe ser el fomento del entendimiento por parte de los estadounidenses sobre "los peligros diarios que enfrenta la policía, por un lado, y sobre los temores genuinos de caracterización racial por el otro".
Aunque Obama había invitado a Crowley y a Gates como parte de lo que llamó un "momento de enseñanza" para la nación, éste no pudo ser escuchado por el público. La cobertura permitió obtener las fotos de los interlocutores y el video que la Casa Blanca quería, pero mantuvo la conversación en privado.
Crowley y Gates, de traje oscuro para el esperado encuentro, parecieron más formales que Obama y Biden, quienes se despojaron del saco. El presidente repartió bocadillos y se rió en un momento de la conversación.
Se pidió a la prensa que abandonara el lugar después de un par de minutos. Un poco antes, desde la Oficina Oval, Obama había hecho lo que sus asesores buscaron durante días: Reducir las expectativas sobre el encuentro.
"He notado que le han llamado a esto la 'Cumbre Cervecera'. Es un término muy ingenioso, pero ésta no es una cumbre, chicos", dijo Obama a los reporteros. "Seremos tres personas tomando un trago al final del día y, espero, dando a la gente una oportunidad de escucharse. De eso se trata realmente. Este no es un seminario universitario".
Con la reunión, Obama confiaba en dejar atrás la disputa racial que ha relegado a un segundo plano su planes para la reforma de la salud.
Obama intentó poner coto a las secuelas políticas de su declaración en una conferencia de prensa de que la policía "actuó de manera estúpida" al arrestar a Gates en su casa tras responder a una denuncia sobre un posible robo.
El profesor negro Gates fue arrestado por el policía blanco Crowley, quien lo acusó de provocar desorden público por protestar la acción de la policía. Los cargos fueron desestimados luego.