Reino Unido da asilo a princesa saudí adúltera
Una princesa saudí que dio a luz en Gran Bretaña a un hijo fruto de adulterio ha recibido en secreto asilo en este país, tras argumentar que se exponía a la pena capital si regresaba a Riad.
La joven, cuyo nombre no se ha dado a conocer por decisión de los tribunales, obtuvo la condición de refugiada tras decirle a un juez que su adulterio podía ser castigado con la muerte por lapidación en Arabia Saudí, informa hoy el diario The Independent.
Su caso es sólo uno de varios protagonizados por ciudadanas saudíes en este país y que no salen normalmente a la luz al no reconocerlos abiertamente ninguno de los dos gobiernos.
Según fuentes diplomáticas británicas, su denuncia por parte de las autoridades británicas pondría de relieve la persecución de que son objeto las mujeres en Arabia Saudí y se interpretaría como una crítica abierta a su Casa Real.
La mujer, que pertenece a una familia saudí muy rica, conoció a un inglés no musulmán durante una visita a Londres y mantuvo relaciones sexuales con él. Tras quedar embarazada, preocupada por el hecho de que su marido, mucho mayor que ella y miembro de la Casa Real Saudí, pareciera sospechar de su comportamiento, le persuadió para que la dejara viajar al Reino Unido a fin de dar aquí a luz.
Tras el parto, la princesa convenció a los tribunales de que tanto ella como su criatura se exponían a la pena de muerte de acuerdo con la sharia o ley islámica.
Desde que huyó del país árabe, su propia familia rompió todos los contactos con ella, según declaró al juez.
La princesa ha recibido permiso de residencia permanente en Gran Bretaña tras la sentencia favorable del tribunal para la Inmigración y el Asilo.
Fuentes del Ministerio británico del Interior se han negado a comentar el caso.
Las relaciones entre Londres y Riad han estado sometidas a fuertes tensiones sobre todo después de que los tribunales británicos investigaran el supuesto soborno de la empresa de armamento británica BAE Systems al príncipe Bandar bin-Sultán, muchos años embajador en Washington antes de ser nombrado jefe de la seguridad nacional del país árabe.
El entonces primer ministro británico Tony Blair intervino personalmente en 2006 a fin de parar una investigación del soborno, relacionado con la venta a Arabia Saudí de aviones de guerra, tras aducir motivos de seguridad nacional.