Letizia ¿anoréxica?
Desde que el 3 de noviembre de 2003, el príncipe Felipe y Letizia Ortiz Rocasolano hicieron su primera comparecencia ante los medios de comunicación en los jardines de la residencia del heredero de la Corona para anunciar su compromiso matrimonial, Letizia se convirtió en el centro de miradas y de comentarios, esto hasta el día de hoy.
Después de su boda, el 22 de mayo de 2004, la ya princesa de Asturias era tema casi principal de los medios de comunicación, y todo se intensificó al siguiente año cuando todos se fijaban en su extrema delgadez.
En enero de 2005, a Doña Letizia se le veía más delgada durante un viaje que los príncipes hicieron a Brasil y fue pocos meses más tarde cuando el Palacio de la Zarzuela anunció el embarazo de la princesa, que estaba casi en sus tres meses de gestación. Con esa noticia, en ese momento, cayeron por su propio peso los comentarios que sugerían una posible anorexia, dado que uno de los primeros síntomas que tienen las mujeres que padecen esa enfermedad es la amenorrea (pérdida de la menstruación), y de ahí los problemas para concebir hijos. El anuncio del primer embarazo de la princesa de Asturias coincidió justamente con el estallido de los rumores que hablaban de posibles trastornos alimentarios.
En marzo la Casa Real tuvo que contestar a las especulaciones que insinuaban que Letizia pudiera sufrir anorexia. El jefe de prensa de la Casa Real envió una carta al diario El Mundo, que había publicado unos artículos sobre la supuesta enfermedad de la princesa, en la que aseguró que esto son sólo rumores de la prensa extranjera que en ningún caso habían sido confirmados por la Casa Real.
Con el primer embarazo, la princesa vivió unos meses de tregua y de la rumorología se pasó a la felicidad por la llegada de Leonor, la primogénita de Felipe y Letizia, el 31 de octubre de ese año. Pero poco duró… Al siguiente verano todas las miradas apuntaban nuevamente a la figura de la princesa, sobre todo durante su estancia en Mallorca, pues decían que la veían excesivamente flaca. Una vez más, fue cauta en sus salidas al mar y los paparazzi se quedaron sin una fotografía de ella en traje de baño. Pero eso no impidió que varias publicaciones extranjeras (especialmente las revistas alemanas y la prensa mexicana) ilustraran sus portadas de agosto y septiembre con imágenes de Letizia afirmando que sufría anorexia y que había “gran preocupación” e incluso aseguraban que “estaba en tratamiento”.
El diario sueco Expressen publicó un reportaje a doble página titulado “La enfermiza delgadez de Letizia”, en el que decía que “hasta sus brazos son de menor grosor que los de su hija”. El Bild alemán señaló que “está en los huesos, su bonita cara está hundida y angulosa”. El Paris Match publicó que Letizia tenía el “mal de las princesas”.
Quienes apoyan a la princesa, aseguran que su pérdida de peso se debe al estrés y a la agenda de compromisos con el príncipe. La esposa del heredero a la corona española siempre fue una mujer delgada y sus compañeros de TVE aseguran que es de buen comer, como una buena asturiana.
En un evento realizado en Barcelona en noviembre de 2007 para apoyar a la asociación de lucha contra el SIDA, el diseñador Paco Rabanne se refirió a Doña Letizia, a quien ya había criticado por el vestido que lució en su boda. “El vestido no me gustó”, dijo Rabanne y eso ocasionó que Letizia casi ya no le dirija la palabra.
Pero parece que Paco no se sintió afectado por el trato cortante de la princesa de Asturias, por el contrario, dijo haberla visto por televisión, y dijo: “da miedo, esta chica está anoréxica”, y con la ironía que lo caracteriza, añadió: “debe ser que en la familia en la que está no le dan de comer".
En septiembre de 2008, en el marco de la entrega de Premios Mariano de Cavia junto a su esposo Felipe, la princesa de España llegó con un vestido azul eléctrico que dejaba al descubierto sus brazos y piernas, los que dejaron a todos con la boca abierta, pero no precisamente por el glamour del look. La extrema delgadez de sus extremidades levantó nuevamente la ola de rumores acerca de una posible anorexia que tendría a Letizia en los huesos, quien ha experimentado una impactante baja de peso desde el nacimiento de Sofía, su segunda hija.
El talle de ese vestido era alrededor de dos tallas menos que el de una modelo.
En los siguientes meses, a Letizia se le ha visto un poco más respuesta aunque aún sigue estando muy delgada.