La Tierra documental de la BBC
El adjetivo más cercano es alucinante. La Tierra nos viene a recordar que la naturaleza esconde en sí misma un sinnúmero de hermosas historias en espera de ser contadas. Con osos polares, elefantes y ballenas jorobadas como personajes principales, el resultado no puede ser menos que increíble. La Tierra es la versión cinematográfica de una serie de documentales de la BBC bautizados con el título de Planet Earth, una historia que siempre fue merecedora de la pantalla grande, porque a pesar de ser un documental de animales en su hábitat, las historias tienen que se narran tienen todos los elementos de las películas taquilleras: batallas, lazos filiales amenazados y muchísimas aventuras. Nunca antes se habían invertido tantos recursos en un documental. Cinco años de filmación, más de 200 locaciones, 60 camarógrafos de polo a polo. Este film combina locaciones impresionantes con momentos íntimos de estos habitantes del planeta que nunca antes habían sido captados así por una cámara. El viaje empieza en el Ártico, a unos mil 100 kilómetros del Polo Norte, y continúa hacia el sur hasta la península Antártica.
Vemos a una osa polar que lucha para alimentar a sus cachorros recién nacidos. Los osos polares se han convertido en emblema en la lucha por la sobrevivencia, porque además de ser criaturas adorables, son finalmente ellos los más vulnerables al cambio climático, que pese a que nunca se toca directamente en la película, vemos como el hielo que se derrite literalmente bajo los patas y que acota su territorio. Son una especie de barómetro que mide la temperatura del planeta. Después nos maravillamos ante la determinación de una elefante que guía a su cría durante un eterno viaje a través del desierto de Kalahari en busca de agua dulce. Un elefante adulto puede comer más de 136 kilos y beber 190 litros de agua por día.
El viaje continúa junto a una ballena jorobada y su cría, que emprenden juntas la migración más grande hecha por un mamífero marino: cuatro mil kilómetros de los trópicos a la Antártida en busca de alimentos. El pequeño ballenato bebe aproximadamente 600 litros de leche por día. Y no hay mejor manera de empezar el proyecto con una película tan impresionante y buena como ésta. Es obvio que el público está dispuesto a nuevas formas de narrativa, ya no tenemos que ir a las pantallas Imax de los museos, sino que en salas comunes, cada vez veremos más contenido documental. O es tal vez es un sueño en voz alta. Dirigen: Alastair Fothergill y Mark Linfield