Emperadores de Japón y sus bodas de oro
Los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, celebraron sus bodas de oro, un matrimonio que se ha caracterizado por ser estable y no estar sumergidos en el escándalo y que además marcó el ascenso de la primera mujer plebeya y de educación cristiana al milenario trono del Crisantemo. La pareja se casó un 10 de abril de 1959 en una ceremonia tradicional seguida por un paseo en carruaje por las calles de Tokio, algo considerado por muchos japoneses como “el evento del siglo”. Luego de cinco décadas, los emperadores quisieron compartir su felicidad y para festejar sus bodas de oro invitaron a 101 parejas japonesas, que también cumplen en 2009 los 50 años de casados, a una multitudinaria ceremonia del té en el Palacio Imperial de Tokio. Además, Akihito y Michiko pusieron en la entrada de la residencia imperial un libro de felicitaciones, donde los invitados pudieron transmitir por escrito sus buenos deseos a la pareja, que goza del cariño de la mayoría de su pueblo. También se inauguró ese mismo día la exposición fotográfica Sus Majestades y los viajes, compuesta de 120 instantáneas prestadas de los álbumes privados de la pareja imperial, y aún seguirán otros más.