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Su amor por la política por Marigely

Mientras Juan Camilo comenzaba su carrera como presidente del PAN estatal con siete alcaldías ganadas, también se convertía en papá.
dom 01 marzo 2009 06:00 PM
Mientras Juan Camilo comenzaba su carrera como presidente del PAN estatal con siete alcaldías ganadas, también se convertía en papá.
Juan Camilo Mouriño Mientras Juan Camilo comenzaba su carrera como presidente del PAN estatal con siete alcaldías ganadas, también se convertía en papá. (Foto: Cortesía)

Me acuerdo mucho la primera vez que te llamó la atención, el ahora presidente, Felipe Calderón. Siempre lo contabas con tanta gracia que los dos se carcajeaban de eso.

Tú tenías 23 años y él era en ese entonces presidente del pan. Tu papá, Carlos Mouriño Atanés, había organizado un evento en Campeche para los panistas de la ciudad, pues aunque su negocio era de gasolineras –Grupo Energético del Sureste–, él se estaba metiendo mucho a la política. Entonces Calderón viajó en su papel de presidente del partido y ahí estabas en medio de toda esa gente debido a que no te habían dejado nada de cenar en tu casa y porque tu papá te lo había pedido.

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Entonces Felipe empezó a preguntar a los asistentes, uno por uno, quiénes eran y porqué estaban ahí. Cuando llegó tu turno, te paraste y con toda la osadía le contestaste: “Soy Iván Mouriño (eras conocido como Iván por tus cercanos), estudié economía en Tampa y la verdad estoy aquí porque me van a dar de cenar”. Calderón, sorprendido, te contestó: “Ay Iván, pues es una pena que un muchacho con tu preparación escolar, que puede hacer algo por el país, me diga que viene por comida”.

Y ya ves Gordo, quién diría que sería el primero de varios regaños.

Amor por la política Al poco tiempo de nuestro matrimonio diste un salto en tu carrera política. Te convertiste en presidente del pan estatal con siete alcaldías ganadas, lo que nunca antes se había logrado.

Aquí con María, la primogénita, y su papá Carlos Mouriño Atanés.
Aquí con María, la primogénita, y su papá Carlos Mouriño Atanés.


A la par, nos hicimos padres. En 1999 tuvimos a la primera, María, y tres años después a Iván. Quisimos ponerle Iván en lugar de Juan Camilo pues así era como todos te conocíamos.

Éramos muy felices en Campeche, ¿lo recuerdas? Pero te quedaba chico y siempre lo supe. Decidiste ir por una diputación federal así que te tuviste que mudar a la ciudad de México, a un departamento en Polanco. En esa época fue cuando tu relación con Felipe Calderón se volvió mucho más estrecha.

Como entenderás, con una niña de tres años y un bebé recién nacido no estaba lista para irme contigo. Pero me dio un enorme gusto cuando ganaste. Fueron dos años difíciles de mantener un matrimonio a distancia. Sin embargo, te agradezco que hayas puesto tanto de tu parte y que nos fueras a ver tan seguido.

Llegó un punto en que esa situación ya no podía seguir. Me cayó el veinte cuando en la escuela la maestra le preguntó a María a qué se dedicaba su papá, y ella respondió que era piloto aviador porque siempre lo llevábamos al aeropuerto. Así que agarré mis cosas y te alcanzamos en el df, aunque fue por poco tiempo, pues regresamos otra vez a Campeche.

Ahora se te había metido la idea de ir por la alcaldía. Nuevamente hicimos campaña, aunque finalmente no fuiste el ganador. Andabas triste. Sé que las derrotas no son fáciles de sobrellevar, pero fue cuando llegó el ofrecimiento de tu ya amigo Felipe –a quien el presidente Vicente Fox acababa de nombrar Secretario de Energía–, para trabajar con él como subsecretario de Electricidad, y ahí vamos de regreso a la ciudad de México.

Compramos nuestro departamento y nos establecimos. En ese tiempo me embaracé de nuestro tercer hijo, Juan Camilo. Yo quería una niña, pero ahora comprendo que las cosas son por algo y que si no hubiera sido niño, no se hubiera llamado como tú.

Más tarde Felipe renunció porque Fox le hizo un regaño público. Tú decidiste irte con Calderón. Siempre admiré tu entereza, lealtad y temple. Aunque cuestioné tu decisión, fuiste claro: “Somos un equipo y si él sale, yo también”. A partir de entonces empezaron a trabajar internamente por la candidatura de Calderón por el pan para la presidencia de la República.


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Ahora se te había metido la idea de ir por la alcaldía. Nuevamente hicimos campaña, aunque finalmente no fuiste el ganador. Andabas triste. Sé que las derrotas no son fáciles de sobrellevar, pero fue cuando llegó el ofrecimiento de tu ya amigo Felipe –a quien el presidente Vicente Fox acababa de nombrar Secretario de Energía–, para trabajar con él como subsecretario de Electricidad, y ahí vamos de regreso a la ciudad de México.

Compramos nuestro departamento y nos establecimos. En ese tiempo me embaracé de nuestro tercer hijo, Juan Camilo. Yo quería una niña, pero ahora comprendo que las cosas son por algo y que si no hubiera sido niño, no se hubiera llamado como tú.

Más tarde Felipe renunció porque Fox le hizo un regaño público. Tú decidiste irte con Calderón. Siempre admiré tu entereza, lealtad y temple. Aunque cuestioné tu decisión, fuiste claro: “Somos un equipo y si él sale, yo también”. A partir de entonces empezaron a trabajar internamente por la candidatura de Calderón por el pan para la presidencia de la República.

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