Plácido Domingo en el Met con personaje que marcó su debut
El tenor español Plácido Domingo se presenta de nuevo en el Metropolitan Opera para interpretar audazmente el complicado personaje que marcó su célebre debut en el mismo escenario hace cuatro décadas. En la velada del viernes millares de amantes del género abarrotarán el teatro para presenciar al astro de 68 años en un papel que pocos tenores de su edad se atreven a asumir. El personaje de Maurizio en "Adriana Lecouvreur" fue creado en 1902 para el joven Enrico Caruso, cuya ágil voz alcanzó fácilmente las notas más agudas de la partitura. Con seguridad, algunos de los espectadores contendrán el aliento y se preguntarán: ¿podrá Plácido Domingo repetir su actuación de 1968? Originalmente Domingo iba a dirigir la orquesta. Pero cuando el tenor que estaba programado fue requerido para otra producción, el veterano cantante se ofreció para interpretar a Maurizio. Además, Domingo desarrolló una tos antes del ensayo con vestuario del martes en el Met, donde otros estaban combatiendo lo que el calificó como "colas de resfríos". El participó en el ensayo, pero no cantó. El jueves, dijo a la AP en una entrevista desde su apartamento en Manhattan que se estaba "sintiendo muy bien". Sin embargo, señaló que podría transportar ciertos pasajes bajando las notas más altas medio tono o incluso un tono, disminuyendo la presión un poco. Domingo dijo que esperaba con ansia cantar nuevamente "un papel muy amuleto para mí; uno que me ha dado suerte siempre, comenzando cuando tenía 21 años en la ciudad de México, donde un crítico proclamó grandiosamente: "¡tenor habemus!" (expresión en latín que significa "¡tenemos un tenor!"). En la década de 1960, el tenor italiano Franco Corelli era un interprete muy querido de la obra maestra de Cilea, basada en la vida de la actriz francesa del siglo XVIII Adrienne Lecouvreur. En la noche del 28 de septiembre de 1968, Corelli se enfermó. Domingo estaba en su casa en Teaneck, Nueva Jersey cundo sonó el teléfono: fue requerido para reemplazar a Corelli. Domingo tomó la autopista del lado oeste de Manhattan, realizando en su auto ejercicios de calentamiento a todo pulmón. Repentinamente, vio a un hombre en un auto que pasaba a un lado y reía mirándolo. El tenor recuerda que sacó la cabeza por la ventana y gritó, "¿A dónde se dirige?". El hombre respondió gritando, "¡al Met!" "Bueno, no se ría", respondió Domingo. "Me va a escuchar esta noche", agregó.