Javier Poza Nos presenta a su hija
“Agarra unas toallas y vete al hospital”, le ordenó por teléfono el doctor a Javier Poza, quien trataba de tranquilizar a su esposa Vivianne de las contracciones que sufría en el baño de su casa. El conductor de radio y televisión, de 35 años, casi se desmayó: tradujo el mensaje como “tu hija va a nacer en la camioneta, espero que estés preparado”.
“Agarra unas toallas y vete al hospital”, le ordenó por teléfono el doctor a Javier Poza, quien trataba de tranquilizar a su esposa Vivianne de las contracciones que sufría en el baño de su casa. El conductor de radio y televisión, de 35 años, casi se desmayó: tradujo el mensaje como “tu hija va a nacer en la camioneta, espero que estés preparado”.
Javier y Vivianne salieron de prisa y el periodista detuvo a una patrulla para que les abriera paso hacia el hospital Santa Teresa, en Virreyes. Iba tan nervioso que su mujer, de 31 años, era quien le indicaba el camino. “Nunca había sentido tanta angustia como ese día”, confiesa. Al poco tiempo nació Nikkía, nombre que significa Victoria en griego y que a la pareja se le ocurrió mientras veía la película Kill Bill. PASO A PASITO Javier se casó con Vivianne Garzon en 2005, aunque vivían juntos desde 2002. “La unión libre es prácticamente lo mismo que casarse, pero no es lo mismo presentar a tu pareja como tu esposa”. Los entrevistados recuerdan que comenzaron compartiendo la llave, luego la casa, más tarde se casaron y llegaron las mascotas, dos preciosos gatos. “¿Ahora qué sigue?”, se preguntó Javier una mañana, rodeado de sus motocicletas –su pasión– en el estacionamiento de su casa. La respuesta fue muy clara: un hijo. UNO PONE, Y DIOS DISPONE Los médicos pronosticaron que los Poza Garzon tardarían mínimo de seis meses a un año en embarazarse. Tanto Javier como Vivianne pensaron que era el tiempo adecuado pues acababan de mudarse de casa y necesitaban adaptarse al nuevo hogar, pero el destino les tenía preparada otra historia. “Tardamos más en planear la paternidad que en saber que íbamos a ser papás”, dice el comunicador. El 5 de enero de 2008, el titular del programa OK! W, de W Radio, amaneció deprimido, con muchas interrogantes acerca de su vida. Su esposa le pidió que fuera al Árbol de Navidad a ver qué le habían traído los Reyes Magos. Vivianne colocó la noche anterior una camiseta de Harley Davidson con la leyenda “My daddy rides a Harley”, junto con la prueba de embarazo. “Lloré y la abracé. Es una mezcla de emociones, por un lado sientes que ya no tienes libertad y por otro una gran satisfacción”, reconoce Javier. Ocho meses después Poza ayudaba a su esposa a calmar los dolores con la libreta del psicoprofiláctico en mano. “Nada coincidía con la libretita”, enfatiza él. Luego de la llamada del doctor, ese mismo día, la pareja realizó uno de sus mas grandes sueños, ser papás.
ROLES CLAROS, RELACIONES LARGAS “Como hombre no puedes hacer nada. Yo me levanto a las seis de las mañana y me voy a trabajar, hay que hacer equipo porque si no, no funcionan las cosas”, puntualiza Javier, quien trata de que su esposa se sienta lo más segura. Dice que no es un asunto machista, sino que ambos tienen muy claros su roles y así los desempeñan. Poza baña a la bebé y agradece que Vivianne haya querido amamantar a Nikkía, algo que considera muy sano. UN ÁNGEL GUERRERO “Es un angelito, pero lamentablemente tiene el carácter de su papá”, nos dijo entre risas Vivianne y con miradas cómplices hacía su esposo. Aún así, Javier cree que es mejor tener una hija de carácter fuerte. Físicamente dicen que Nikkía se parece a ambos: la nariz y ojos son del conductor y la boca de su mamá. Lo que más les importa a Javier y Vivianne es darle amor, tal como él lo recibió en su casa, ya que éste hace buenas personas. “Cuando yo muera quiero que mis hijos recuerdan a su padre como yo recuerdo al mío. Entonces sentiré que he hecho un buen trabajo”.